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jueves, 20 de septiembre de 2007

Gracias a la vida

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes al hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
graba noche y día grillos y canarios;
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano;
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos, que es mi propio canto.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

(1964-1965) Violeta Parra (Gracias a la vida)

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"Las Últimas Composiciones" es el último álbum grabado y editado por la folclorista y músico chilena Violeta Parra, lanzado a través del sello RCA Víctor en 1966. Contiene la mayoría de sus canciones clásicas, incluyendo "Gracias a la Vida", "Run Run Se Fue Pa'l Norte" y "Volver a los 17".

A fines de 1966 Violeta Parra, de regreso en Chile luego de una larga estadía en Europa, y a cargo de la famosa Peña de los Parra en la carpa de La Reina, en Santiago, decide grabar un LP con sus canciones compuestas más recientemente. Lo edita junto a la discográfica RCA Víctor, fuera de la casa matriz que había editado todos sus discos anteriores, EMI Odeón Chilena. En la época, el título hace referencia a las últimas canciones que Violeta había escrito: cuatro meses después de su edición, cambia completamente de significado. Violeta se quita la vida, haciendo que éste sea, de hecho, el último de sus álbumes editados en vida de la artista.

La desilusión con el amor causada por la ruptura con Gilbert Fauvre, el desdén de las instituciones nacionales, la mala racha de la Peña y otras razones tenían a Violeta en un estado de depresión. Había intentado quitarse la vida antes de febrero de 1967. Mucho de este dolor es perceptible en los versos de Las Últimas Composiciones, especialmente en "Run Run Se Fue Pa'l Norte" ("...yo me quedé en el sur / al medio hay un abismo / sin música ni luz"), la dramática queja que es "Maldigo del Alto Cielo" ("maldigo el vocablo amor / con toda su porquería") y la lúgubre alegría del "Rin del Angelito" ("cuando se muere la carne / el alma busca su sitio").

El tema ha sido interpretado por numerosos artistas a lo largo del mundo (Joan Baez, Mercedes Sosa, Inti Illimani, Joan Manuel Serrat, Cecilia, Los Bunkers, Milton Nascimento, Soledad, Gloria Simonetti, Myriam Hernández, Luis Jara y un enorme etcétera), y elegido en numerosas encuestas como la canción chilena más importante de toda la historia.

La que parece un canto a la vida es a la vez, por una de esas razones del destino, una canción de despedida. El 5 de febrero de 1967, a los cincuenta años de vida, y tras varios intentos fallidos, Violeta terminó con su vida, de un disparo en la sien, en la carpa de La Reina, dejando un inapreciable legado cultural, tanto por sus propias aportaciones como por haber rescatado del olvido gran parte del folclore chileno.

1 comentario:

Unknown dijo...

Es una de las canciones más conmovedoras de "la Violeta"