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sábado, 31 de mayo de 2008

El colibrí (canción popular de Cuba)




Creció una flor a orillas de una fuente,
más pura que la flor de la ilusión,
y el huracán tronchola de repente,
cayendo al agua la preciosa flor.

Un colibrí que en su enramaje estaba
corrió a salvarla solícito y veloz,
y cada vez que con el pico la tocaba,
sumergíase en el agua con la flor.

El colibrí la persiguió constante
sin dejar de buscarla en su aflicción,
y cayendo desmayado en la corriente
corrió la misma suerte que la flor.

Así hay en este mundo seres
que la vida cuesta un tesoro.
Yo soy el colibrí si tú me quieres,
mi pasión es el torrente y tú la flor.

Cantan Silvio Rodríguez y la mamá.
Versión de Santiago Feliú

Silvio se pronuncia sobre su canción "Ojalá"

En una entrevista a Silvio Rodríguez, éste rememora los conflictos que le generaron sus opiniones desde la televisión, los comienzos de la Trova cubana, y su viaje en el Girón, en el cual compuso su canción "Ojalá" a la que había sido su casi novia. Aprovecha Silvio para protestar por la interpretación por la cual se llegó a suponer que la canción había sido escrita en contra de Fidel. Aunque Silvio no lo sepa, y como es típico de muchas leyendas urbanas, en otras ocasiones se ha cambiado el destinatario de su canción (se llegó a decir incluso que se trataba de una velada alusión al dictador español Franco).





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La canción "Ojalá" ya figura en ese blog. Véase Sopa de piedra: Ojalá

viernes, 30 de mayo de 2008

Giorgio Caproni



De "Il passagio di Enea", 1944


Le carrette del latte ahi (ay) mentre il sole
sta per pungere (picar) i cani. Cosa insacca (embolsa)
la morte sopra i selci (adoquines) nel fragore
di bottiglie di sobbalzo? (traqueteo) Sulla faccia
punge già il foglio del primo giornale
col suo afrore (acritud) di piombo - immensa un'acqua
passa deserta nel sangue a chi muove
a un muro, e già a una scarica (descarga) una latta
ha un sussulto (se sobresalta) fra i cocci (añicos). O amore, amore
che disastro è nell'alba! Dai portoni
dove geme (gime) una prima chiave, o amore
non fuggire con l'ultimo tepore (calor)
notturno - non scandire (deletrees) questi suoni,
tu che ai miei denti il tuo tremito (temblor) imponi.

Ella


Ella.
Ella vive.
Ella vive así ya eternizada
en la emulsión de gelatina y plata.

En ese preciso instante y para siempre
todas las mujeres del tiempo que fue,
del tiempo que es,
del tiempo que será,
me sonríen con su sonrisa,
que no es para mí, lo sé, sino para la vida.

¿Lo demás?
Lo demás es paisaje,
naturaleza muerta,
compensación de volúmenes,
el equilibrio necesario de las masas.

Ella en movimiento detenido,
suspendida en el aire
sus pies besados por la arena.
El resto es paisaje.

Una figura humana:
el pintor de faunos
es ahora el sátiro
en acechanza de la ninfa.
En actitud de coloso
el minotauro que dibuja minotauros
sujeta un parasol,
en un gesto de atención
mal simulado.
Es paisaje.

Otra figura
completa el bodegón.
La barra en diagonal
para énfasis de la
verticalidad de la sombrilla.
Es paisaje.

Y al fondo, el mar,
contrapunto vital,
aguarda sin ansia.
Sabe que todo,
la vida y los sueños,
todo,
también el paisaje,
se volverá nada.

Excepto Ella.

P. Crespo, 29 mayo 2008.

Imagen: Fotografía de Robert Capa. Pablo Picasso, Françoise Gilot y Javier Vilató (sobrino de Picasso) / Golfe-Juan, Costa Azul, Francia, agosto 1948.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Manhattan y las cosas por...(VI)

Pues aquí tenemos el segundo movimiento de la Sinfonía 41 de Mozart, "Jupiter", por la orquesta sinfónica de Viena, dirigida por Karl Bohm. Se trata de un Andante cantabile.

La Sinfonía nro. 41 es la KV 551, es decir la número 551 del catálogo de Koechel. Ludwig von Koechel catalogó en el siglo XIX las obras de Mozart. KV significa precisamente catálogo de Koechel en alemán (Köchel Verzeichnis). El orden pretendía ser cronológico, pero el catálogo original contenía obras de otros autores, atribuidas por error a Mozart, y omitía otras, y se han llevado a cabo varias revisiones del mismo. La última y más importante estuvo a cargo de Alfred Einstein en 1936.

Parece que fue J. P. Salomon, empresario alemán, establecido en Inglaterra, quien dio a esta sinfonía el nombre de "Júpiter", nombre de la suprema divinidad de la mitología romana. Con ello quiso probablemente resumir en una palabra el carácter triunfal, generoso y solemne de la obra. Compuesta poco después de la melancólica y rebelde Sinfonía Nº 40, representa la superación de estos sentimientos con una voluntad afirmativa y una majestuosidad que concuerdan con la tonalidad de do mayor. [esto no lo digo yo, lo dicen por ahí; parece verdad].

martes, 27 de mayo de 2008

Manhattan y las cosas por...(V)


"La precariedad de mi estado financiero había sido, hasta la edad de doce años, el único problema sin complicaciones de mi vida. Pero una nueva dimensión iba a añadírse...¡Y yo estaba bien preparado para ella!

El caso es que el amor se apoderó de mi cuando tenía doce años. Llevaba aún pantalones cortos, pero un tenue vello empezaba a brotar de mi labio superior. Una jovencita, también de doce años, vivía en el apartamento de encima del nuestro. Tenía "una buena figura". Además de su buena figura, tenía numerosos tirabuzones castaños que caían agradablemente sobre su cuello, y dientes tan uniformes como los granos de una mazorca de maíz en un año de buena cosecha. Gracias a unas hábiles maniobras mías ella invariablemente me encontraba en el descansillo cada vez que subía a su piso.

Yo había estado ahorrando mis centavos durante cierto tiempo y finalmente había acumulado el dinero necesario para invitarla al teatro de variedades Hammerstein's Victoria. Yo nunca había estado allí, pero lo había oído mencionar frecuentemente. Tenía ahorrados 70 centavos y lo había calculado todo minuciosamente. Dos localidades de segundo anfiteatro, 50 centavos... Tranvía de ida y vuelta, 20 centavos. Total: 70 centavos. Hubiésemos podido ir andando, pero vivíamos en la Noventa y Tres Este, y el teatro estaba en la Cuarenta y Dos Oeste. Estábamos en enero, los días eran cortos y el tiempo ofrecía una imitación bastante buena de Laponia.

Cuando descendimos del tranvía en Times Square, Lucy estaba encantadora y yo muy guapo. Pero un granito de arena se había introducido en el engranaje. El granito de arena era un vendedor ambulante. Estaba instalado ante el teatro y vendía dulces de coco a cinco centavos la bolsa. Fiel a su sexo, Lucy contempló al vendedor y murmuró que el dulce de coco era su golosina predilecta y que cuál eran mis intenciones al respecto. Yo hice lo que todos los tontos han hecho en todas las épocas, cuando la belleza pide algo. Lo que aquella belleza no sabía era que su indiferente petición había echado por los suelos mi cuidadoso presupuesto y me había arruinado la tarde incluso antes de empezar.

Nos instalamos en el segundo anfiteatro, lejos, muy lejos del escenario. Los actores parecían enanos y los sonidos que preferían apenas si eran audibles desde nuestro observatorio. Más fuerte que las voces de los actores, sin embargo, era el continuo crujir de los dulces de coco, a medida que cada uno de ellos se deslizaba graciosamente por el bello gaznate de Lucy. Tal vez ella estuviese demasiado absorta en la representación para ofrecerse a compartir conmigo los dulces, o quizá supusiera que yo era diabético y, sintiendo por mí un amor loco, no deseaba poner en peligro mi salud. Cualquiera que fuese el motivo se los comió todos, migajas incluidas.

Quedé algo afectado por el egoísmo de Lucy, pero tenía ante mí un problema que me hizo olvidar incluso los dulces que no llegué a probar. Aunque registré esperanzadamente en mis bolsillos, únicamente encontré en ellos una solitaria moneda de cinco centavos. La vida era barata en aquellos días, pero no tanto como para que dos viajeros pudiesen subir a un tranvía por sólo cinco centavos.

La representación por fin terminó. Salimos en silencio del teatro. Al hallarnos en la calle nos encontramos con la oscuridad y una furiosa tormenta de nieve. Ahora me siento terriblemente avergonzado acerca de esto, pero recuerda que sólo tenía doce años, que hacía un frío tremendo y que Lucy se había comido todos los dulces. Además, si ella no me hubiese obligado a comprarle los dulces, me habrían sobrado diez centavos, suficiente para que ambos pudiésemos haber regresado a casa en tranvía.

Pese a todos los argumentos convincentes, todavía me quedaba algo de honor. Me volví hacia ella y le dije:

- Lucy, cuando salimos para el teatro de Hammerstein yo tenía setenta centavos, lo suficiente para las entradas y para el viaje de ida y vuelta. Yo no había proyectado comprar dulces. Yo no quería dulces. Has sido tú quien los ha pedido. Si llego a saber que querías dulces hubiese retrasado la invitación unas pocas semanas más. El caso es que sólo me quedan cinco centavos. Recuerda, Lucy, que tú te has comido los dulces y sabes muy bien que tengo perfecto derecho a irme a casa en tranvía y a dejar que tú regreses andando. Pero ya sabes que estoy loco por ti y que no puedo hacer tal cosa sin concederte una oportunidad. Escucha con atención. Voy a tirar esta moneda al aire. Tú eliges cara. Si sale cara tú tomas el tranvía. Si sale cruz, lo tomo yo.

Los dioses estaban de mi parte. Salió cruz.

Por alguna extraña razón, Lucy nunca volvió a dirigirme la palabra. La última vez que me vio fue como si yo hubiese muerto. Y, de llevar ella un cuchillo, seguro que lo hubiese utilizado.

De "Groucho y yo" por Groucho Marx

lunes, 26 de mayo de 2008

Un aplazado (1)




De pronto, como un breve latigazo,
mi nombre, Friedt, estalló en el aula.
Yo me puse de pie, y un poco trémulo
avancé hacia la mesa, entre las bancas.
Era el examen último del curso
y al que tenía más miedo: la gramática.
Hice girar resuelto el bolillero
Las dieciséis bolillas del programa
resonaron en él lúgubremente
y un eco levantaron en mi alma.
Extraje dos: adverbio y sustantivo.

Me dieron a elegir una de ambas
y elegí la segunda. -¿Y qué es el nombre?
díjome uno y me asestó las gafas.
Sentí luego un sudor por todo el cuerpo,
se me puso la boca seca, amarga,
y comprendí, con un terror creciente
que yo del nombre no sabía nada.
Revolvía allá adentro, pero en vano,
me quedé en absoluto sin palabras.

Y empecé a ver la quinta en que vivíamos:
el camino de arena, cierta planta,
el hermano pequeño, mi perrito,
el té con leche, el dulce de naranja,
¡qué alegría jugar a aquellas horas!
Y sonreía mientras recordaba.
-¡Pero señor -rugió una voz terrible-,
el nombre sustantivo, una pavada!-
Torné a la realidad: sobre la mesa
los dedos de un señor tamborileaban,
cabeceaba blandamente el otro,
el tercero bebía de una taza.

Hacía gran calor. Yo tengo una
cara redonda, simple, colorada,
los ojos grises y los labios gruesos,
el pelo rubio, la sonrisa clara.
Yo quería jugar, no dar examen
darlo otro día, sí, por la mañana...

Se me nubló la vista de repente,
los profesores se me borroneaban,
adquirió el bolillero proporciones
gigantescas, fantásticas,
oí como entre sueños: Señor mío,
puede sentarse... -Y me llené de lágrimas.


Baldomero Fernández Moreno


(1) Quien fracasa en un examen.

Manhattan y las cosas por ... (IV)


Siguiendo con la relación sugerida por Isaac en la película Manhattan, presentamos a Groucho Marx y a Frank Sinatra cantando a dúo It's Only Money. Este pasaje pertenece a la película Double Dynamite, una comedia musical de 1951 protagonizada por Groucho Marx, Jane Russell y Frank Sinatra. En la misma Russell canta con Sinatra "Kisses and Tears" (letra de Sammy Cahn).

La película se filmó en 1948 como It's Only Money, pero se guardó hasta su presentación en 1951 con el título Double Dynamite ---en alusión al busto de Jane Russell---.

It's only money, it's only dough,
But you can't get enough of the wonderful stuff
Which we jingle or so
It's only money, it's lost your way,
But there's this thing about it that tells snooks without it
The girls don't give dates
I love the artwork, the Treasury sure does smart work,
The nicest people we know
Are the people who get their faces on dough.
It's only money, it's only dough,
And the people who crave it, who worship and save it,
All come to know
You can't take it with you when you go.

No siempre en una escena musical la frescura de la actuación de los personajes es tan contagiosa como en este caso. La espontaneidad es tanta que es evidente que los protagonistas, más que cumplir con un trabajo, disfrutan visceralmente del mismo.

domingo, 25 de mayo de 2008

A galopar

A galopar...hasta enterrarlos en el mar. Del concierto en el teatro Alcalá de Madrid en mayo de 1991. Rafael Alberti y Paco Ibáñez.



Las tierras, las tierras de España,
Las grandes, las solas desiertas llanuras,
Galopa, caballo cuatralbo
Jinete del pueblo, que la tierra es tuya
A galopar, a galopar,
hasta enterrarlos en el mar
A corazón suenan, resuenan
Las tierras de España en las cerraduras
Galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo, que la tierra es tuya
A galopar, a galopar,
hasta enterrarlos en el mar
nadie, que enfrente no hay nadie
Que es nadie la muerte
si va en tu montura
Galopa caballo cuatralbo
Jinete del pueblo, que la tierra es tuya
A galopar, a galopar,
hasta enterrarlos en el mar.

sábado, 24 de mayo de 2008

Zanguango (Flaco, disco 2) - Brujas

Ya que se ha hecho mención de la misma en un comentario a la entrada sobre Giordano Bruno, aquí se presenta

Brujas






Texte alternatif





(J. Delgado, canta Javier / a la guitarra Luis)
No se trata
de cábalas de brujas
ni leyendas de dioses
o profetas,
nada nos dice
el vuelo de las aves
ni la disposición
de las estrellas.
No se aprende
en ningún libro sagrado
con su cómica
sarta de historietas
ni hay palabra
de príncipe mitrado
que revele
la mínima evidencia.
Cuanto más antiguo
el palimpsesto
tiene menos verdad,
lleva en él
más magia negra.
Todo escrito está
en el Universo,
podemos leer en él
la misma
constitución de la materia.

Giordano Bruno, In Memorian (II)


Diez minutos de la película "Giordano Bruno", dirigida por Giuliano Montaldo y protagonizada por Gian Maria Volonté.

Giordano Bruno, In Memoriam

La pasada semana se publicó en la prensa que el director de La Specola ---el Observatorio Astronómico Vaticano---, el jesuíta argentino José Gabriel Funes, había afirmado que creer en Dios es compatible con la existencia de seres en otros mundos. Se citaban sus palabras dichas en el curso de una entrevista publicada en L'Osservatore Romano:

"Aun si no tenemos por el momento pruebas, no se puede excluir la hipótesis de que existan otros planetas habitados [...] Así como existe una multitud de criaturas sobre la Tierra, puede que haya otros seres, igualmente inteligentes, creados por Dios."

Según el parecer de Funes, proseguía la noticia, se puede hablar de "hermanos extraterrestres" del mismo modo que San Francisco de Asís llamaba "hermanos" a todos los entes terrestres.

Se decía asimismo que esta declaración tenía el "Nihil obstat" del propio Papa, Benedicto XVI.

Puesto que estamos en el siglo XXI, esta noticia debería haberme resultado natural además de esperable. No obstante produjo en mí una gran irritación, porque me trajo a la memoria un detalle de los procesos de petición de perdón por parte de la Iglesia católica, como parte de la preparación del Jubileo del año 2000, a personas, comunidades e instituciones que habían sufrido en el pasado persecución y condena por parte de las autoridades de dicha Iglesia. Se pidió entonces perdón a Galileo y a la comunidad científica, por haber negado en su día la validez de los nuevos descubrimientos astronómicos. El detalle al que me refiero, y que en su momento me produjo especial dolor, es que declaró explícitamente que se excluía del perdón a Giordano Bruno, al que la Inquisición había ordenado quemar vivo. Con esa declaración la Iglesia, por boca de Juan Pablo II, afirmaba aprobar el horrible tormento y la muerte infligidos al mencionado pensador. El tiempo había avanzado cuatrocientos años, pero la Iglesia católica seguía anclada en el año 1600.

Recordé que, al conocer esa declaración, unos amigos que publicaban una revista de astronomía me pidieron que escribiera unas palabras al respecto, glosando la figura de Bruno. Aunque estas palabras tienen, como se comprende por lo dicho, un enfoque pensado para aficionados a la astronomía, incluyo aquí el texto referido, porque fue Bruno justamente uno de los primeros, si no el primero, en exponer y justificar de modo razonable la posibilidad de la existencia de seres en mundos exteriores al nuestro.

Joseph Ratzinger, el actual papa Benedicto XVI, era entonces (desde 1981, año en que fue nombrado por Juan Pablo II, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, que es el nombre que ha tomado la antigua Inquisición. Es muy posible que la no inclusión de Bruno en la petición de perdón se deba a la iniciativa del entonces cardenal Ratzinger, que en muchos aspectos era el consejero de Juan Pablo II. De hecho, el cardenal Ratzinger fue el principal inductor de la disolución del movimiento de los sacerdotes de latinoamérica conocido como Teología de la Liberación, producto de la toma de conciencia por parte de los sacerdotes católicos "de campo" ante el panorama de pobreza e injusticia que se mantenía desde siglos con la total indiferencia por parte de la Iglesia Católica, siempre partidaria de la opción de la limosna en lugar de abogar por la justicia social, y en todas partes y desde siempre solidaria con los estamentos del poder. Primero se "silenció" al teólogo franciscano brasileño Leonardo Boff, uno de los fundadores y probablemente el principal representante en ese momento de la doctrina de la liberación; más tarde se recurrió al expeditivo método de trasladar a países en otros continentes a todos los sacerdotes alineados con dicha doctrina.

La razón por la que la Iglesia Católica ha negado hasta ahora la posibilidad de vida inteligente en otros mundos se basa en la peregrina aseveración de que Jesús se encarnó una vez por todas y que la encarnación es un evento único e irrepetible, postura que sigue afirmando el propio Funes, aunque dice estar seguro de que esos eventuales seres también gozarían de la misericordia de Dios. La idea de la encarnación fue muy probablemente importada por el cristianismo a partir del hinduísmo. Muchas de las variantes del hinduísmo, en efecto, como puedan ser el Vaihnavismo y el Saivismo, predican que Dios se hace presente en ocasiones en la Tierra en la figura de un ser humano, con el fin de ayudar a los seres humanos en su lucha hacia la iluminación espiritual y la salvación (moksha). Tal encarnación es lo que se llama avatar, y se corresponde bien con la creencia cristiana de Dios en la Tierra bajo la forma de Jesús, con la diferencia de que para la cristiandad ese proceso tiene lugar una sola vez.

En el Ramayana se describe la vida de Rama, una de las más famosas encarnaciones hinduistas. El Mahabarata traza la vida de Krishna, del cual el Bagadav Gita (una de las escrituras de mayor importancia en el hinduismo) contiene las enseñanzas espirituales.

Pero Krishna no se contempla como una única encarnación, sino como fuente de todas las encarnaciones. Así, el mismo Krishna dice (Bagavad Gita, IV 7-8)

Siempre que la virtud declina
y aumenta la injusticia
me convierto en cuerpo;
En toda edad regreso
Para entregar lo sagrado,
Para destruir el pecado de los pecadores
Para establecer la rectitud.

Otras religiones, como son el judaísmo rabínico y el islamismo, rechazan este concepto de la encarnación, que tan difícilmente convive con el carácter monoteísta de dichas creencias.


viernes, 23 de mayo de 2008

Manhattan y las cosas por . . . (III)



. . . esas

increíbles

manzanas

y peras

de Cézanne. . .

Manhattan y las cosas por ... (II)


De las cosas por las que vale la pena vivir, de Manhattan (Woody Allen, 1979), el "Potato Head Blues" por Louis Armstrong, tocado en un gramófono de los años veinte, con su motor a cuerda.

Y para los que desconfían de que todo tiempo pasado fue mejor, esta versión de 2007, por The JazzAmerica Gumbo Combo, en beneficio por las víctimas incapacitadas del huracán Katrina.

jueves, 22 de mayo de 2008

Manhattan y cosas por las que vale la pena vivir


Otra de las inolvidables escenas de la película Manhattan (Woody Allen, 1979) es la que nos presenta a Ike en su apartamento, tumbado en un sofá y dictando ideas para un cuento sobre gente de Manhattan.



No he encontrado la versión castellana, pero la cosa va más o menos así:

Idea para un cuento... sobre, mm, gente de Manhattan, que, eh, que continuamente se crea terribles problemas neuróticos, innecesarios, porque eso les permite evadirse de, eh, otros problemas más graves y aterradores del, mmm, del universo.

Mm, eh, es.. bueno, tiene que ser optimista. Bien, eso es, ¿por qué vale la pena vivir? Es una buena pregunta. (Suspira) Mm. (Carraspea, luego suspira) Bueno (suspira), hay varias cosas que...que creo que hacen que valga la pena. (Suspira) Eh, ¿cuáles?...Bien, para mí,...,mm, eh, yo diría .. Groucho Marx... por decir una, eh, mm (suspira) Willie Mays (suspira), mm, eh, el segundo movimiento de la Sinfonía Júpiter...y, mm, Louis Armstrong, el "Potato Head Blues"...(suspira) mm, las películas suecas, naturalmente, .."La educación sentimental" de Flaubert, (suspira), eh, Marlon Brando, Frank Sinatra, (suspira) mm, las increíbles manzanas y peras de Cézanne, ...(suspira) eh, los cangrejos de Sam Wo's, ...eh, mm (suspira) la cara de Tracey (risita)...(Suspira) ...

[en lugar de Willie Mays en italiano se cita a Joe Dimaggio; en la película española es posible que cite a Jimmy Connors]

En el original (tomado de Wikiquote):

An idea for a short story about ... um ... people in Manhattan who ... er ... are constantly creating these real unnecessary neurotic problems for themselves - because it keeps them from dealing with more unsolvable terrifying problems about ... er ... the universe - Um, tsch -- it's, uh ... well, it has to be optimistic. Well, all right, why is life worth living? That's a very good question. Um. Well, there are certain things I - I guess that make it worthwhile. Uh, like what? Okay. Um, for me ... oh, I would say ... what, Groucho Marx, to name one thing ... uh ummmm and Willie Mays, and um, uh, the second movement of the Jupiter Symphony, and ummmm ... Louie Armstrong's recording of "Potatohead Blues" ... umm, Swedish movies, naturally ... "Sentimental Education" by Flaubert ... uh, Marlon Brando, Frank Sinatra ... ummm, those incredible apples and pears by Cézanne ... uh, the crabs at Sam Wo's ... tsch, uh, Tracy's face ...

miércoles, 21 de mayo de 2008

Manhattan


El inicio de la película Manhattan (Woody Allen, 1979), y los vericuetos por los que discurre el proceso creativo.

También pueden verlo en la versión original. El fragmento correspondiente del guión se encuentra en WikiQuote.

Escena de la imagen: Exterior al amanecer, junto al puente de la calle 59. Mary (Mary Wilke / Diane Keaton) y Ike (Isaac Davis / Woody Allen) están sentados, de espaldas a la cámara, en un banco, mirando al río. El perro está tumbado en el suelo.

Mary: ¿Verdad que es precioso, Ike?
Ike: Sí, es tan...tan bonito realmente cuando asoman las primeras luces.
Mary: Sí, ya lo creo. Me encanta.
Ike: Vaya...
Mary: Hm.
Ike (suspira): ...ésta es realmente una gran ciudad. No me importa lo que digan los demás. Es tan... la verdad es que es algo definitivo, ¿no te parece? Es...
Mary (suspira): Sí. Creo que debo irme ya. Tengo una cita con Yale más tarde para almorzar. (Suspira).
Se levantan del banco y se van.
Ike (suspira): Hm.

martes, 20 de mayo de 2008

Gatos de Estambul

En la distante
bruma del tiempo
desde Egipto llegasteis.
Con el grano os trajeron
para cuidar del grano,
y como grano desparramado.
a lo amplio
de la vieja ciudad
os fuisteis sembrando.

Os he visto
bajo mostradores
de especias,
vuestra piel rivalizando
con la seducción
de su oferta de colores.

Os contemplé esfinges
al pie de minaretes
y dormitar confiados
sobre alfombras apiladas
y os diría,
si pudiera,
que no hay diseño
como la trama bruja
de vuestro manso pelo.

Os sorprendí
fingidos guardianes
junto a puertas
de sinagogas
y os pude ver
altivos sultanes
paseando vuestra
majestad
por jardines de
palacios que fueron.

Erais saetas
cruzando corredores
de bazares
y olvidaba yo el mar
si en los muros
vuestras siluetas
se recortaban
sobre el Bósforo.

Os recuerdo
cruzando calles
indiferentes
y calmos
entre torrentes
de multitud.

Hechiceros
de la noche:
os miré
una vez
a los ojos
y supe innecesarias
las luminarias
de la altura.

P. Crespo


lunes, 19 de mayo de 2008

Juan de Yepes - San Juan de la Cruz (Fuendetodos, 1542 - Úbeda, 1591)

Coplas hechas sobre un éstasis de harta contemplación


Entréme donde no supe
y quedéme no sabiendo,
toda ciencia transcendiendo.


Yo no supe dónde entraba
porque cuando allí me vi
sin saver dónde me estaba
grandes cosas entendí;
no diré lo que sentí
que me quedé no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.


De paz y de piedad
era la sciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida vía recta,
era cosa tan secreta
que me quedé balbuciendo,
toda sciencia trascendiendo.


Estava tan embebido
tan absorto y ajenado
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado,
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo,
toda sciencia trascendiendo.


Quanto más alto se suve
tanto menos se entendía
que es la tenebrosa nuve
que a la noche esclarecía,
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.


El que allí llega de vero
de sí mismo desfallesce
quanto sabía primero
mucho baxo le parece,
y su sciencia tanto crece
que se queda no sabiendo,
y su sciencia trascendiendo.


Este saber no sabiendo
es de tan alto poder
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer,
que no llega su saber
a no entender entendiendo,
toda sciencia trascendiendo.


Y es de tan alta excelencia
aqueste summo saber
que no ay facultad ni ciencia
que le puedan emprender
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
yrá siempre trascendiendo.


Y si lo queréis oír
consiste esta summa sciencia
en un subido sentir,
de la dibinal esencia
es obra de su clemencia
hazer quedar no entendiendo,
toda sciencia trascendiendo.

domingo, 18 de mayo de 2008

Instantánea

Fue que la primavera de repente
lo sorprendiera en su invernal reposo
y al vestirlo con ropaje frondoso
mostrara su esplendor antes ausente.

Y con la luz de la que el sol es fuente
juega el álamo quedo y silencioso
y sabiéndose un árbol generoso
la difunde de nuevo en el ambiente.

En falanges de escudos plateados
se dispone su ejército de hojas
de las que irradian flechas de fulgores.

Árbol sabio de verdes azulados
cuando la suave lluvia a tí te moja
quieren tus ramas ser ramos de flores.

P. Crespo


Hados

En la tele dijeron que al cabo de algún tiempo
cambiamos nuestra piel como las víboras.
Nos guía sin embargo el atavismo.

En general estamos atorados
en lo que nos tocó ser.


Jorge Fondebrider (Argentina, 1956)

sábado, 17 de mayo de 2008

Visión de Sevilla

En octubre del año 1937 regresa Miguel Hernández de un viaje a Moscú, adonde ha sido invitado formando parte de la delegación española al V Festival de Teatro Soviético. Ha pasado a su vuelta por París, donde volvió a ver a Octavio Paz, León Felipe y Alejo Carpentier.

En Valencia le han editado Viento del pueblo. Poesía en la guerra. Contiene poemas comprometidos, con ataques frontales a Hitler y a Mussolini. Son veinticinco poemas, muchos de los cuales habían sido escritos ya para periódicos y revistas. El que aquí presentamos está pensado como un lamento por Sevilla, ocupada ya por los militares sublevados, y contra el general golpista Queipo de LLano, el de "bigote de alambe groseramente astado".


Visión de Sevilla

¿Quién te verá, ciudad de manzanilla,
amorosa ciudad, la ciudad más esbelta,
que encima de una torre llevas puesto: Sevilla?

Dolor a rienda suelta:
la ciudad de cristal se empaña, cruje.
Un tormentoso toro da una vuelta
al horizonte y al silencio, y muge.

Detrás del toro, al borde de su ruina,
la ciudad que viviera
bajo una cabellera de mujer soleada,
sobre una perfumada cabellera,
la ciudad cristalina
yace pisoteada.

Una bota terrible de alemanes poblada
hunde su marca en el jazmín ligero,
pesa sobre el naranjo aleteante:
y pesa y hunde su talón grosero
un general de vino desgarrado,
de lengua pegajosa y vacilante,
de bigotes de alambre groseramente astado.

Mirad, oíd: mordiscos en las rejas,
cepos contra las manos,
horrores reluciendo por las cejas,
luto en las azoteas, muerte en los sevillanos.

Cólera contenida por los gestos,
carne despedazada ante la soga,
y lágrimas ocultas en los tiestos,
en las roncas guitarras donde un pueblo se ahoga.

Un clamor de oprimidos,
de huesos que exaspera la cadena,
de tendones talados, demolidos
por un cuchillo siervo de una hiena.

Se nubló la azucena,
la airosa maravilla:
patíbulos y cárceles deguellan los gemidos,
la juventud, el aire de Sevilla.

Amordazado el ruiseñor, desierto
el arrayán, el día deshonrado,
tembloroso el cancel, el patio muerto
y el surtidor, en medio, degollado.

¿Qué son las sevillanas
de claridad radiante y penumbrosa?
Mantillas mustias, mustias


Miguel Hernández

Queipo de LLano se valió de la radio para sus arengas y para sembar el miedo. En sus intervenciones señalaba a las víctimas y azuzaba a los asesinos. Sus palabras se publicaban seguidamente en todos los periódicos del bando llamado nacional, hasta que en 1938 órdenes emanadas del mando en Salamanca las prohibieron, porque dañaban la imagen del alzamiento ante las potencias democráticas extranjeras. Su perfil de genocida carnicero queda patente en algunas de sus bravatas:


"Nuestros valientes Legionarios y Regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombre de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen."

"Mañana vamos a tomar Peñaflor. Vayan las mujeres de los "rojos" preparando sus mantones de luto."

"Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad."

viernes, 16 de mayo de 2008

First WeTake Manhattan

Y ya que estábamos con Leonard Cohen, podemos escuchar su

First We Take Manhattan

They sentenced me to twenty years of boredom
For trying to change the system from within
I'm coming now I'm coming to reward them
First we take Manhattan, then we take Berlin
I'm guided by a signal in the heavens
I'm guided by this birthmark on my skin
I'm guided by the beauty of our weapons
First we take Manhattan, then we take Berlin
I'd really like to live beside you, baby
I love your body and your spirit and your clothes
But you see that line there moving through the station
I told you I told you I told you I was one of those
You loved me as a loser but now your worried that I just might win
You know the way to stop me but you don't have the discipline
How many nights I prayed for this: to let my work begin
First we take Manhattan, then we take Berlin
I don't like your fashion business, mister
I don't like these drugs that keep you thin
I don't like what happened to your sister
First we take Manhattan, then we take Berlin (chorus)
And I thank you for those items that you sent me
The monkey and the plywood violin
I practiced every night and now I'm ready
First we take Manhattan, then we take Berlin
Remember me, I used to live for music
Remember me, I brought your groceries in
It's Father's Day and everybody's wounded
First we take Manhattan, then we take Berlin


Y ¿por qué no? la correspondiente versión a cargo de Enrique Morente, del disco "Omega".

jueves, 15 de mayo de 2008

Take this Waltz

Un amigo nos dejó un comentario en la entrada "Pequeño vals vienés" (1 diciembre), poema de García Lorca. Allí se aludía a la canción de Leonard Cohen inspirada en el mismo. Lo volvemos a traer aquí en la voz de Enrique Morente.

Escuchemos también al propio Leonard Cohen.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Diez años sin "La voz"


Hace diez años ya que murió Frank Sinatra.

Lo podemos ver aquí cantando "The Birth of the Blues" junto a Louis Armstrong.

martes, 13 de mayo de 2008

Volver a los diecisiete ( II )


Una bella versión de Mercedes Sosa y Milton Nascimento.

Volver a los diecisiete

Volver a los diecisiete (Violeta Parra)

Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra.
Ay si si si

Mi paso retrocedido
cuando el de ustedes avanza,
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido
se ha paseado por mis venas
y hasta las duras cadenas
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el mas claro proceder
ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias,
sólo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original,
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo solo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana,
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmln,
volando cual serafín
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

Violeta Parra


Ya dijimos de Violeta en ocasiones anteriores. Esta canción pertenece
al conjunto de las
últimas que escribió, y que se publicaron en el
disco "Las últimas composiciones" (1966), grabado
con sus hijos
y con el músico Alberto Zapicán. "Gracias a la vida" pertenece
también a este
grupo de últimas canciones, así como la no menos
famosa "Run Run se fue pa'l norte", motivada
por la separación de
Gilbert Favre, separación que, unida al vacío que apreciaba Violeta
por
parte del público chileno, terminaron por abocarla a su última
decisión.



lunes, 12 de mayo de 2008

¡Feliz cumpleaños!



Unos amigos han pasado a saludar . . .

¡Que la primavera siga guiándote como hasta ahora, compañero!

Axioma

A las dos el tres del cinco

Del vientre itinerante
la vida se desprende
y se desliza inocente
al lecho de la muerte.

¿Mientras tanto?
Mientras tanto, el tiempo.
Derivada biológica
código exacto
dorsal clandestino
amante fiel
quebrado oculto.

Secreta progresión
que suma y sigue
dos más tres cinco,
multiplica y sigue
cinco por diez cincuenta
y te llevo cinco.

¿Mientras tanto?
Mientras tanto
Creare, creare.

¿Y luego?
Luego éxodo furtivo
término incierto
verso órganico
poema perenne.
Por los siglos
de los siglos.

¿Pilar Corcuera?

Realismo virtual para realismo mágico

Dando tumbos por la red (¿qué palabra se podría utilizar para eso? El origen de zapping, un equivalente cuando se repasa la tele con un mando a distancia, es de etimología onomatopéyica) vine a topar con este rincón interesante que versa sobre "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez.

Cuando se encuentren con el libro, traten de pasar las páginas con la ayuda del puntero del ratón. Pronto no hará falta salir a la calle.

Encuentro que el ilustrador hace justicia al personaje de Pietro Crespi.

Respice post te! Hominem te esse memento!


¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?

Pablo de Tarso, carta a los corintios.


Y ustedes perdonen.

Poemas menores

I

No es lo que me trae cansado
este camino de ahora.
No cansa
una vuelta sola.
Cansa estar todo un día,
hora tras hora,
y día tras día un año
y año tras año una vida
dando vueltas a la noria.

II

Que se quede así ya
---desnudo y vacío--- el corazón.
¿A qué vestirle de nuevo,
a qué otra vez colmarle de amor
si otra vez, al fin, ha de venir el tiempo
a llevárselo todo como un ladrón?

III

Huyen. Se ve que huyen
vueltas de espaldas a la tierra.
Nosotros no hemos visto todavía
los ojos de una estrella.
Para buscar lo que buscamos
(¿dónde está mi sortija?) una cerilla es buena,
y la luz del gas,
y la maravillosa luz eléctrica...
Nosotros no hemos visto todavía
los ojos de una estrella.

IV

¿Qué más a ser rey
que ir de puerta en puerta?
¿Qué va
de miseria a miseria?

V

¿Qué me importa que se borren
los caminos de la tierra
con el agua
que ha traido esta tormenta?
Mi pena es porque esas nubes tan negras
han borrado las estrellas.

VI

Para mí el bordón sólo.
A vosotros os dejo
la vara justiciera,
el caduceo,
el báculo
y el cetro.
Para mí el bordón sólo del romero...
Yo quiero el camino blanco y sin término.

León Felipe

domingo, 11 de mayo de 2008

La mala reputación

La mala reputación (La mauvaise réputation, de Georges Brassens), en la versión de Claudina y Diego Gambino.



[La traducción que sigue no coincide con la de la canción, pero es otra de las versiones que también se han cantado.]

En mi pueblo sin pretensión
Tengo mala reputación,
Haga lo que haga es igual
Todo lo consideran mal,
Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño;
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos todos me miran mal
Salvo los ciegos es natural.

Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me pudo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos me muestran con el dedo
Salvo los mancos, quiero y no puedo.

Si en la calle corre un ladrón
Y a la zaga va un ricachón
Zancadilla doy al señor
Y he aplastado el perseguidor
Eso sí que sí que será una lata
Siempre tengo yo que meter la pata
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Tras de mí todos a correr
Salvo los cojos, es de creer.

Ya sé con mucha precisión
Como acabará la función
No les falta más que el garrote
Pa' matarme como un coyote
A pesar de que no arme ningún lío
Con que no va a Roma el camino mío
Que a le gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Que a le gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Tras de mí todos a ladrar
Salvo los mudos es de pensar.

VARIANTE DU DERNIER COUPLET:
No hace falta saber latín
Yo ya se cual será mi fin,
En el pueblo se empieza a oir,
Muerte, muerte al villano vil,
Yo no pienso pues armar ningún lío
Con que no va a Roma el camino mío,
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos vendrán a verme ahorcar,

sábado, 10 de mayo de 2008

La mauvaise réputation

¡Ah, ese mayo del 68!
Georges Brassens canta "La mauvaise réputation"



Au village, sans prétention,
J'ai mauvaise réputation.
Qu'je m'démène ou qu'je reste coi
Je pass' pour un je-ne-sais-quoi!
Je ne fait pourtant de tort à personne
En suivant mon chemin de petit bonhomme.
Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Tout le monde médit de moi,
Sauf les muets, ça va de soi.

Le jour du Quatorze Juillet
Je reste dans mon lit douillet.
La musique qui marche au pas,
Cela ne me regarde pas.
Je ne fais pourtant de tort à personne,
En n'écoutant pas le clairon qui sonne.
Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Tout le monde me montre du doigt
Sauf les manchots, ça va de soi.

Quand j'croise un voleur malchanceux,
Poursuivi par un cul-terreux;
J'lance la patte et pourquoi le taire,
Le cul-terreux s'retrouv' par terre
Je ne fait pourtant de tort à personne,
En laissant courir les voleurs de pommes.
Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Tout le monde se rue sur moi,
Sauf les culs-de-jatte, ça va de soi.

Pas besoin d'être Jérémie,
Pour d'viner l'sort qui m'est promis,
S'ils trouv'nt une corde à leur goût,
Ils me la passeront au cou,
Je ne fait pourtant de tort à personne,
En suivant les ch'mins qui n'mènent pas à Rome,
Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Tout l'mond' viendra me voir pendu,
Sauf les aveugles, bien entendu.

Georges Brassens (Letra y música, 1952)

viernes, 9 de mayo de 2008

Palabras para Julia

Por Paco Ibáñez y Cecilia Rosetto (vídeo realizado por Emilio Cartoy en homenaje a las Madres de Mayo):





de José Agustín Goytisolo.

PALABRAS PARA JULIA

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.


No deja de ser paradójico que quien escribió las palabras anteriores diera término a su vida lanzándose a la calle desde el balcón de su casa. José Agustín Goytisolo padeció depresiones en los últimos períodos de su vida, a las que no fue ajeno al parecer el alcohol ---¿causa o consecuencia de su malestar?---. Se suicidó el 19 de marzo (día de su santo) de 1999. Está claro que, en cierto modo, somos distintos 'yo' a lo largo del tiempo, como ya sentenciara Heráclito:

ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos]

Más sobre José Agustín Goytisolo.

jueves, 8 de mayo de 2008

El murciélago rubio

Hubo una vez un gran murciélago rubio que se sentó junto a un barman.
El murciélago tenía los ojos azules más lindos que el barman hubiera visto.
Mientras volaban a 40 millas por hora en el Subterráneo Independiente, el barman se preguntó si esos cándidos ojos azules arderían en la penumbra como tranquilas llamas púrpuras, como las lamparitas azules de los extremos de las plataformas del subte.
El vestido de ella estaba hecho de terciopelo negro con alas de seda negra y guantes de raso; llevaba una curiosa máscara, que revelaba más de su rostro de lo que ocultaba; sus zapatos eran de tacón alto y afelpados, y él advirtió que sus pies eran delicados, y se preguntó si ella estaría descalza debajo de esos zapatos o llevaría medias, y apostó a que tenía lindos dedos de los pies.
Este barman se estaba enamorando.
Era realmente algo raro: un barman enamorándose de una extraña chica rubia que llevaba un traje de murciélago, en un subterráneo.
La mayoría de los idilios en subterráneo se bajan en la calle 34 para ir a una estación de ferrocarril de ahí a Saskatchewan: pero no tiene por qué ser de esa manera.
Por ejemplo, en esta historia el barman no sólo tendrá el valor de hablarle a esta chica: hasta se enamorarán los dos.
¡Cómo!, dicen ustedes. Están un poco indignados.
Me acusan de sadismo. Permitir que mi personaje, el barman gordo, de cara colorada, se enamore de esta muchachita. Ella se cansará pronto de él, dicen ustedes, lo dejará por un hombre más joven, más adecuado, pues a través de la riqueza y el buen gusto de su traje, y la dignidad y la gracia de sus rasgos, es obvio que proviene de una buena familia. ¡Cuán infeliz harás al barman!, me dicen ustedes.
¡Tonterías! Yo no voy a hacer infeliz al barman.
Con seguridad, sin embargo, el barman tendrá muchos meses horribles después de esta noche de amor, y muchos años de tristeza después, pero esto no es la infelicidad, porque él hará muchas buenas acciones en agradecimiento al mundo por permitirle esta noche mágica.
No, la infelicidad es otra cosa; la infelicidad es no tener el valor. Pero volvamos a la historia: el tren entró rugiendo en la estación de Delancey Street y los ojos del barman se le salieron de las órbitas porque montones de gente disfrazada estaban bailando y cantando y soplando cornetas y corriendo y gritando y exaltándose en la plataforma del subte.
La chica se levantó.
El barman se levantó también, y con ojos ausentes y distraídos la siguió hasta el andén y fue allí donde habló con ella.
Ella lo miró, asombrada; lo miró de arriba a abajo; después se rió, pero no estaba riéndose de él, de eso estaba él seguro: era una risa de alegría que él iba a recordar.
Ella corrió.
El la persiguió!
Ella corrió a través de la muchedumbre, era escurridiza, parecía deslizarse entre estos locos parranderos gesticulantes, mientras él tenía que luchar por cada pulgada y en su apasionada persecución le pisó un dedo a Napoleón, derribó a una bruja gorda y chillona, golpeó a un payaso en el estómago, sentó en el suelo a un sorprendido gorila, tropezó con la reina de Inglaterra, y ella corría y corría, fuera del subte, por Delancey Street hacia el río, hasta que él la atrapó y ella se quedó quieta en sus brazos mientras tomaba aliento, lanzando ocasionales risitas de alegría.
Era tan suave que él la besó, y después caminaron juntos, del brazo, mirando los fuegos artificiales y las multitudes, deteniéndose aquí y allá para tomar una cerveza.
¡Toda la ciudad estaba de fiesta!
Todo el mundo estaba disfrazado, todo el mundo tenía careta, y había reflectores, papel picado y fuegos artificiales por todas partes, como si fuera un maravilloso carnaval o algo así, y el barman se sintió un poco fuera de lugar con sus apagadas ropas de calle, sin una careta tan siquiera.
Pero la chica le dijo que estaba muy bien vestido.
Y él le preguntó qué era toda esa celebración, no había oído hablar de ninguna, pero ella simplemente se rió y lo besó, y eso fue todo.
Y así bregaron felizmente a través de las multitudes y de la noche, deteniéndose de vez en cuando para bailar, con una extraña música lenta en las tabernas, o con el jazz salvaje que se tocaba en casi todos los rincones.
Ella señaló un gran reloj en un edificio. Eran las once en punto.
Ella lo hizo apurar hasta una larga fila que caminaba lentamente ante la plataforma de un jurado, y cuando les llegó el turno los jurados hicieron un gran alboroto sobre ellos, y un jurado insistía en señalar con admiración la corbata brillante del barman, de modo que ganaron el concurso y ambos obtuvieron grandes copas de amor.
Los jurados los condujeron ante un gigantesco trono del amor, alzado muy por encima de la multitud que aclamaba, un tremendo almohadón, más grande que un colchón.
¡Era el trono para ellos! ¡Eran el rey y la reina de la noche! Habían ganado el concurso de disfraces.
Entonces el barman escuchó un tremendo tañido, la muchedumbre empezó a gritar y a aullar.
Él escuchó una sirena, baja, mucho tiempo.
La calle Delancey
había enloquecido.
Su chica se sacó la máscara y él contuvo el aliento, tan hermosa era mientras señalaba el gran reloj en el edificio; ella lo dijo en susurros, tierna de pasión, amorosamente; le dijo: "¡Es medianoche! ¡Quítate la careta!".



Spencer Holst

(Qué autores tan geniales nos descubres, Alina. Gracias).

Javier Marías

Artículo publicado el domingo 4 de mayo en El País Semanal:

Se me escapa el porqué, pero resulta evidente que cada vez interesa más crear una sociedad de pusilánimes. Se ha hecho raro que la gente dirima sus diferencias sin recurrir a alguna instancia superior o árbitro conminatorio: policía, jueces, comités, leyes, ordenanzas. Lo cual tiene, como primera consecuencia nefasta, la obsesión por reglamentarlo todo, cuando no todo ha de estar sujeto a reglamentos. Es más, cada vez que cualquier aspecto de la vida “sufre” una normativa, o algo que no lo era es convertido en delito, se está renunciando a una parcela de libertad. Intereses encontrados, desacuerdos, antipatías personales, individuos con afán de dominación, persuasores e intrigantes en busca de su provecho, todo eso lo ha habido siempre, y cada cual ha bregado con ello como ha podido o sabido, sin necesidad de elevar una denuncia, de recurrir a la autoridad, de chivarse al jefe, de implicar a otros en sus problemas. La cuestión principal es esa: hoy casi nadie está dispuesto a enfrentarse con sus problemas ni a resolverlos por su cuenta, sino que casi todo el mundo espera que “alguien” se los quite de encima.

Hace ya bastantes años que en las Universidades de los Estados Unidos empezó a hablarse del “acoso sexual visual”, lo cual llevó a la mayoría de profesores a impartir sus lecciones con la mirada perdida en el techo o en el infinito, no fuera a ser que, si la fijaban en alguien –quienes hemos enseñado sabemos que a veces uno la fija en un alumno o alumna de manera casual e involuntaria, sin en realidad mirarlos ni verlos, simplemente como “personificación” momentánea de la clase entera–, ese alguien los denunciara por “persistentes ojos lujuriosos” o algo por el estilo. Ahora leo que el “acoso” o “intimidación” laboral –que sin duda existe, sobre todo por parte de un superior a un inferior, pero apenas entre iguales: quiero decir que entre iguales no debería llamarse así– puede darse en cosas tan sutiles y nimias como eso, una mirada. “Imagínese”, dice el pusilánime Joel Neuman, director del centro de gestión aplicada de la SUNY-New Paltz School of Business, “que está sentado a una mesa de reuniones. Usted hace una propuesta y alguien lo mira y niega con la cabeza todo el rato”. Oh, santo cielo, qué terrible, y qué piel tan fina tienen tanto el señor Neuman como, por lo visto, buena parte de los trabajadores americanos y, por extensión, mundiales. Se trata, una vez más, de infantilizarlo todo: “Ay, Fulanito me ha mirado mal y no ha asentido mientras yo hablaba, y eso me ha intimidado un huevo”. Por favor. “Puede hacer mucho daño que a uno lo desprecien constantemente delante de sus iguales”, agrega el muy cursi señor Neuman. Pero él no es el único: la Asamblea Legislativa del Estado de Nueva York está preparando un proyecto de ley contra la intimidación laboral, y el catedrático David Yamada, de la Suffolk University Law School de Boston, ha redactado otro borrador de ley al respecto, arguyendo que “hay un vacío real en la ley, y alguien podría ser objeto de tormentos y humillaciones y estar sufriendo por ello”.

¡Tormentos y humillaciones! El mundo está lleno de personas timoratas y acomplejadas, que “sufren” por cualquier cosilla, esto es, por las cosas normales de la vida. Es algo corriente que uno caiga mal a unos y bien a otros, y que ambos grupos se lo hagan notar de alguna manera. Evidentemente está mal hacerle a alguien la vida imposible, e innegables putadas, y descarada y gratuita burla, o segarle la hierba bajo los pies para procurar su despido y usurpar su puesto. Pero no exageremos. “Entornar los ojos, lanzar una mirada intensa o un bufido displicente” no son, como sostiene el artículo del New York Times que cayó ante mi vista y ahora comento, “tácticas de intimidación en el puesto de trabajo”. Lo que al parecer quiere exigirse es que nadie ponga nunca el menor reparo a las propuestas, iniciativas o competencia de nadie, ni siquiera con miradas o gestos, aunque tales propuestas e iniciativas sean estupideces o del todo inviables y vengan de un incompetente. Y, a este paso, la restricción de las libertades acabará por ser asfixiante. No sé. Yo no soy nada dado a intervenir en mesas redondas, tertulias y demás inutilidades. Pero las pocas veces en que he participado en alguna, no he podido ni he querido evitar enarcar las cejas, o sonreír con ironía, o torcer el gesto –lo que un pusilánime pueril llamaría “poner caras”– mientras escuchaba a otro soltar barbaridades o majaderías (claro está, desde mi punto de vista). E, igualmente, no se me ha ocurrido quejarme si otro participante hacía lo mismo mientras era yo quien hablaba. Es lo normal, es lo natural y esperable, y quien se sienta “intimidado” o “acosado” por tamañas expresiones faciales, hasta el extremo de requerir que cesen y buscar amparo en una instancia superior o en una ley que regule los fruncimientos y las miradas de desaprobación o guasa, es simplemente un blandengue que no debería asomarse a una mesa redonda ni a una tertulia, ni tan siquiera correr el riesgo de trabajar en compañía. No caemos bien a todo el mundo, y a algunas personas les resultamos insoportables. Lo que decimos u opinamos le puede parecer idiota a cualquiera, y está en su derecho de hacérnoslo saber, o de hacérnoslo ver como mínimo. Eso no supone que nos estén “acosando” o “intimidando”, por caridad. Sino que forma parte, tan sólo, de las circunstancias de la vida. Pero ya se ve que, con tanta pamema, lo que hoy tiende a formarse son individuos tan débiles y sensibles que resulten incapacitados para lo único fundamental, es decir, para andar por esta vida.

La poesía es un arma

Por Paco Ibáñez:





Gabriel Celaya

LA POESIA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades:

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quienes somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: Poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: Lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.

GABRIEL CELAYA ("Poesía urgente")

miércoles, 7 de mayo de 2008

Mona Lisa encuentra a Buda


Allá arriba, en el cielo, las cortinas ondularon, las cortinas ondularon, las cortinas ondularon y Mona Lisa entró por un extremo de una pequeña sala en la que colgaban muchas cortinas.

Allá ariba, en el cielo, las cortinas ondularon, ondularon, ondularon, y el Buda entró en la sala por el otro extremo.

Se sonrieron.


Spencer Holst (U.S.A, 1926 - 2001)

Besarse a la luna


Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte:
descienden los labios,
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
del labio de arriba,
del labio de abajo,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.


Miguel Hernández


Imagen: El beso (1897), de Edvard Munch (1863 -- 1944). Munch Museet, Oslo.


martes, 6 de mayo de 2008

José Manuel Marroquín (1827 - 1908)

De nuestro avanzado en las playas del Maresme, José Carlos, recibo esta rareza:



Para vuestro blog poesía esta extravagante curisosidad



(Jitanjáfora

Enunciado carente de sentido que pretende conseguir resultados eufónicos, o alteración de palabras adyacentes mediante el intercambio de sus terminaciones. )



Ahora que los ladros perran,

ahora que los cantos gallan,

ahora que albando la toca

las altas suenas campanan;

y que los rebuznos burran,

y que los gorjeos pájaran

y que los silbos serenan

y que los gruños marranan

y que la aurorada rosa

los extensos doros campa,

perlando líquidas viertas

cual yo lágrimo derramas

y friando de tirito

si bien el abrasa almada,

vengo a suspirar mis lanzos

ventano de tus debajas.

Tú en tanto duerma tranquiles

en tu rega camalada

ingratándote así burla

de las amas del que te ansia

¡Oh, ventánate a tu asoma! ¡

Persiane un poco la abra

y suspire los recibos

que esta pobra exhale alma!

Ven, endecha las escuchas

en que mi exhala se alma

que un milicio de musicas

me flauta con su compaña,

en tinieblo de las medias

de esta madruga oscurada.

Ven y haz miradar tus brillas

a fin de angustiar mis calmas.

Esas tus arcas son cejos

con que flechando disparas.

Cupido peche mi hiero

y ante tus postras me planta.

Tus estrellos son dos ojas,

tus rosos son como labias,

tus perles son como dientas,

tu palme como una talla,

tu cisne como el de un cuello,

un garganto tu alabastra,

tus tornos hechos a brazo,

tu reinar como el de un anda.

Y por eso horo a estas vengas

a rejar junto a tus cantas ¡y a suspirar mis exhalos

ventano de tus debajas!



José Manuel Marroquín (1827 - 1908)

Presidente de Colombia y poeta colombiano