Pues queridos míos, que me he acordado, así de repente, que a mí los recuerdos acostumbran a asaltarme sin anunciarse, ... que me he acordado, decía, del gran Eugenio. Lo descubrí hace ya muchos años (tío, decía un sobrinito mío, siempre que hablas dices "hace veinte años") en el local Sausalito, cuando todavía alternaba sus chistes con canciones junto con su primera mujer --"Los dos"--, y fue una sorpresa tan inesperada como agradable. Fumador empedernido, lo recuerdo al otro lado de una cortina de humo, serio como un palo, con esa voz grave tan suya.
Como muestra de su personal estilo de contar, he aquí cómo refiere los cambios de una orden en un cuartel, convocando a presenciar un eclipse de sol.
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