Ah, y nos dejábamos a otro de los grandes, Al Jolson. Suerte que ahí estaba la mirada que todo lo ve y a la que nada escapa (gracias, Alina).
Aunque tendrán que hacerse a la idea de verlo en tamaño cuasi mínimo
o, si lo prefieren, en el salón de los espejos aberrantes.
Pues lo siento, chicos. A pesar de manipular adecuadamente los parámetros width y height del código HTML, con la intención de conseguir un efecto de distorsión en la imagen, una diabólica inteligencia interna del código se empeña en mantener la ratio de escala. Tampoco se me angustien, que aquí, por mi parte al menos, terminan los experimentos caseros. Los próximos, con gaseosa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Gracias por tu labor, compañero.
Publicar un comentario