Una desconocida se enamoró de mí.
Dicen que fue anoche, oyéndome hablar sobre
Atenas.
Sin embargo, mientras hablaba
y mis palabras iluminaban su corazón
con el fulgor de antiguas virtudes griegas,
yo pensaba en las delicias de la pesca de
la trucha
y en la sombra oscilante del sauce en setiembre,
cuando se ha bebido mucho y sólo se desea
un buen sitio para dormir.
Llevo en esto muchos años.
¿Cómo esperar comprensión de una mujer
enamorada?
Santiago Kovadloff (Argentina, 1942)
sábado, 24 de noviembre de 2007
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