Visite también......

martes, 20 de noviembre de 2007

Al alba

Si te dijera amor mío
que temo a la madrugada
no sé qué estrellas son esas
que hieren como amenazas
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña

Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga
quiero que no me abandones
amor mío al alba
al alba, al alba
al alba, al alba...

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas
comen las últimas flores
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada

Presiento que tras la noche...

Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas
no te destroza amor mío
esta silenciosa danza.
maldito baile de muertos
pólvora de la mañana.

Presiento que tras la noche...

Luis Eduardo Aute

Escuchar (vídeo)

Entrevista a Aute publicada el 4-11-00 en La Vanguardia (fragmento):


--En septiembre de 1975 se ejecutan las últimas penas de muerte en España. Fusilan a cinco terroristas y usted compone una bella canción que titula "Al alba".
--Escribí "Al alba" los días previos a los fusilamientos y con mucha urgencia. Debe haber sido una de las canciones que más rápidamente me surgieron, pero quería que la gente la cantara. La verdad es que no tuve que pensar mucho, salió del dolor.
--Es un canto a la vida pero enmascarado en una canción de amor. ¿Por qué la concibe de ese modo?
--Quería que pasara rápido la censura. Por eso la estructuré como una canción de amor, de despedida para siempre y como un alegato a la muerte. Pero hay dos elementos en la canción muy vinculados a las ejecuciones. Una vez pasó la censura, Rosa León la grabó.
--Seguramente es una de las canciones más reclamadas por su público. ¿Por qué cree que se la piden?
--Estas canciones que salen ya hechas, de la propia necesidad de escribirlas, calan más. Sí, probablemente es la que más he cantado.
--Creo que enviaba a los censores muchas canciones que sabía ya que no serían aceptadas y así, por pena, aprobaban las que usted quería.
--No creo que les inspirara ninguna pena. Pero sí fue una treta que utilizábamos muchos para que se salvaran algunas letras.

=======

Nota: Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde murió oficialmente el 20 de noviembre de 1975 (muy probablemente la muerte ocurrió el día anterior, pero se retrasó en parte para disponer de tiempo para la toma de decisiones y en parte para hacer coincidir la fecha con la del aniversario de la muerte de José Antonio Primo de Rivera). Franco lideró la rebelión contra el gobierno establecido de la república española, y fue el principal responsable de la atroz guerra civil que sembró la muerte y el rencor fratricida en España. Ayudó al régimen nazi alemán y al fascista de Italia. Tras la segunda guerra mundial, Inglaterra convenció al resto de los aliados de la conveniencia de no provocar la caída de la dictadura franquista, para así garantizar un régimen anticomunista ante el inicio adivinado de la guerra fría. La Iglesia católica amparó, bendijo y se situó siempre del lado de Franco; en la actualidad iglesias y otros espacios católicos siguen siendo refugio de símbolos franquistas. Con la aplicación de la penas de muerte del 27 de septiembre tras juicios sumarísimos, Franco terminó su carrera como la había comenzado: con las manos encharcadas en sangre.

3 comentarios:

Alina M dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alina M dijo...

Recuerdo cómo me conmovieron los fusilamientos.
En la Argentina se seguía muy de cerca la situación, y hasta último momento se creyó en la posibilidad de un indulto...
No sabía que esta canción de Aute, a quien escuché por primera vez en los '80, estaba relacionada.
Y me viene a la memoria también, un chiste macabro que circuló en la segunda mitad de 1975: "Franco está muerto, pero tienen miedo de decírselo."
Muy buena entrada, Pneuma.

ikiru dijo...

Dos anécdotas del Franco de la guerra de África contadas por él mismo en sus diarios:

1. Dos legionarios de la Compañía de Franco desertaron una noche y fueron capturados pocos días después. Franco salió de su tienda, hizo montar un pelotón y los fusiló en el acto.

2. En una ocasión en que sus hombres disparaban contra un grupo de magrebíes alguien advirtió que había mujeres entre ellos. Uno de los soldados contestó "mejor, son fábricas de moritos". Franco escribe en su diario "todos nos reímos con la cocurrencia" y siguieron disparando.

Nos tuvo cuarenta años subyugados un personaje mediocre y carnicero.