En la puerta de mi casa
tres arbolitos planté,
planté una fe, una esperanza
y un “jamás te olvidaré”.
Pero también he plantado,
porque te sé precavida,
un corazón al revés
y una flor que dice: olvida.
Coplas como panaderos,
como nubes, como aquel
mirlo que cantaba manso
a orillas del Arapey.
Yo soy tararira vieja,
que busca lo más profundo,
viveza precisa el hombre
para vivir en el mundo.
Pero también necesita,
y la copla no lo dice,
una mujer compañera,
una canción cuando triste.
El valor todo lo puede,
hay que tenerse confianza,
y lo que el valor no pueda
lo ha de poder la esperanza.
Coplas que son como un poncho
en un camino invernal
y, al perdido en este mundo,
un agua de manantial.
Washington Benavides (canción)
Escuchar cantada por Zitarrosa
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