Visite también......

martes, 18 de marzo de 2008

Vasili Grossman. Algunas frases de "Vida y destino" fuera de contexto




- No me gustan los santos, su santidad esconde la histeria. Prefiero a los infames declarados.

El hambre aplasta el alma; ahuyenta la alegría, la fe; sofoca la fuerza del pensamiento; hace nacer la sumisión, la bajeza, la crueldad, la desesperación y la indiferencia.

- ¿Sabe cuál es la diferencia entre un buen tipo y uno malo? Que el buen tipo hace canalladas de mala gana.

Aunque había subido más de cuatrocientas veces los dos escalones de hormigón que conducían a las cámaras especiales siempre sentía un vivo interés por el hombre que iba a ser sometido a la operación: por la mirada de terror e impaciencia, de sumisión, sufrimiento, timidez y apasionada curiosidad con que el condenado iba al encuentro del hombre que iba a matarle.

...el amor se parece al carbón: cuando está candente, quema; cuando está frío, ensucia.

La aspiración innata del hombre a la libertad es invencible; puede ser aplastada pero no aniquilada. El totalitarismo no puede renunciar a la violencia: Si lo hiciera perecería.

- Judíos, no tengáis miedo. No es nada terrible. Cinco minutos y todo habrá terminado.

4 comentarios:

Pneuma dijo...

Pues menos mal que has advertido que es fuera de contexto, porque de repente creí que leías las memorias de un agente cínico de la Gestapo.

Por suerte la Wikipedia existe.

ikiru dijo...

Por suerte existe, sí.

Obviamente la entrada no tiene ninguna intención antisemita sino más bien lo contrario. El libro muestra la barbarie nazi y también los niveles de crueldad a los que se puede llegar defendiendo una supuesta "ortodoxia", en este caso la bolchevique.

Anónimo dijo...

Ignoro por qué usted eligió este pasaje. No he leído ese libro, pero sí el monumental recorrido de Grossman como reportero durante la Segunda Guerra. Es terrible y maravilloso. Me recuerda lo que pasé de niño en Italia (1943), cuando los nazis masacraron a los habitantes de un pueblo vecino de Bolonia, creo que eran 770, por haber ayudado a los partisani. Obviamente, eran sólo civiles, casi todos niños, (menores de 10 años, como yo), mujeres y viejos (como soy ahora). Conclusión: no amo la maldad, ni sé por qué Grossman escribió eso. Sólo respeto la bondad y la ética. He procurado vivir así, y no me fue mal. Recuerdo cuando visité un famoso campo de concentración vecino a Munich y lo filmé, en 1969. Luego fui a la famosa cervecería de Hitler y pregunté a los cínicos parroquianos por qué juraban no saber nada, si el campo está a escasos 15 kms, y sobre la ruta. Todos se hicieron los inocentes. El alemán es un pueblo que odio, pese a no ser judío. Porque jamás se arrepintió. Bueno, tampoco simpatizo con el Israel de hoy, que masacra palestinos. Sí con el de los años 50. Las aberraciones nazis fueron inenarrables. Quizá Curzio Malaparte también logró retratar buena parte, como testigo insobornable. Lo que memora Grossman en el libro que leí, certifica eso y el desprecio de Stalin por la vida de su propia gente. ¿Por qué hay, aún hoy (pensemos en Irak o Libia) poderosos que invaden y matan al otro con la excusa de liberarlo? Se basan en la maldad, no en el amor.Son lo opuesto, con todos los ataques que tuvo y tiene, aFidel.

Anónimo dijo...

Acabo de recordar el nombre del campo que mencioné recién, arriba. Era Dachau.