jueves, 29 de noviembre de 2007
La luna pudo detenerse al fin...
"La luna pudo detenerse al fin
por la curva blanquísima de los caballos"
Los anteriores son los primeros versos del poema lorquiano Crucifixión. El manuscrito está fechado el 24 de octubre del 29, seis días antes de que tuviera lugar en los Estados Unidos de Norteamérica el cataclismo económico del 29.
Lorca escribió Poeta en Nueva York durante su estancia de nueve meses en Nueva York, entre los años 1929 y 1930. En el invierno de 1935, en un tiempo que pasó en Barcelona, dejó el borrador original, del que no tenía copia, a su amigo Miguel Benítez, que lo guardó en el interior de un ejemplar de su propiedad de El Romancero gitano.
Una bruma de incertidumbre, a la que seguramente no fue ajena la convulsión de la Guerra Civil española, se cierne después sobre la suerte del manuscrito, que estuvo al parecer perdido durante años.
Sabemos que Lorca lo reclamó a su amigo mediante dos cartas incorporadas al lote de la subasta. "Queridísimo Miguel. Estoy poniendo a máquina mi libro de Nueva York para darlo a la prensa el próximo mes de octubre; te ruego encarecidamente me mandes a vuelta de correo el poema Crucifixión puesto que tú eres el único que lo tienes y yo me quedé sin copia. Desde luego irá en el libro dedicado a ti. Por primera vez en mi vida dicto una carta que está escrita por mi secretario. Miguel, ten la bondad de ser bueno y mandarme ese poema, porque es de los mejores que llevará el libro".
No hubo respuesta, ni a esta ni a otra carta posterior. Después del asesinato de Federico, el 18 de agosto de 1936, nadie supo más. Las primeras ediciones de Poeta en Nueva York en 1940 no lo incluyen. Ni la de Norton, en Estados Unidos, ni la de Séneca, en México.
En la copia del borrador que el poeta dejó sobre la mesa de su amigo el editor José Bergamín (96 páginas mecanografiadas, 26 manuscritas, con 32 poemas y fotografías para ilustraciones), figura la indicación de que el poema debe ser incluido en la parte VII, "Vuelta a la ciudad" (a la que pertenece el poema "posteado" ayer) con el añadido "Crucifixión y hay que pedir el original a D. Miguel Benítez". Al no recuperarse, el poema no pudo ser incluído en las primeras ediciones de Poeta en Nueva York. Bergamín tampoco informó según parece acerca de las instrucciones de Lorca. El editor publicó Poeta en Nueva York en México en 1940. Sabemos algo del itinerario que siguió la documentación entregada por Lorca para el libro: en 1979 una actriz mejicana, Manola Saavedra, recibió el documento de manos de una amiga de Bergamín. Y esta era la propietaria del mismo que lo ofreció en subasta a través de Christie's. Los herederos de Lorca reclamaron derechos sobre el documento, pero un tribunal de Londres dio la razón a la propietaria accidental del mismo.
El poema apareció en letra impresa en 1950, cuando el poeta canario Agustín Millares lo presentó (junto con las dos cartas mencionadas) en una revista, Planas de Poesía, publicada en Mallorca.
A partir de entonces, la familia Millares se hace cargo del manuscrito que hoy sale a subasta. Según los propietarios, herederos de Agustín Millares, han decidido dar el paso porque su estado de conservación "corría riesgos". También aseguran que previamente se pusieron en contacto con la Fundación García Lorca y con la Biblioteca Nacional por si lo querían, pero que no recibieron respuestas.
Laura García Lorca cuenta que los contactos se produjeron cuando ella no era responsable de la Fundación. También lo confirman en el Ministerio de Cultura, donde efectivamente confirman que hubo un ofrecimiento a la Biblioteca Nacional en época de Carmen Calvo. Rogelio Blanco, director general del Libro entonces y ahora, cuenta su versión: "Efectivamente nos lo ofrecieron, pero por una cantidad cuatro veces más elevada que la que sale mañana en la subasta". La cifra les pareció desorbitada.
Lorca pensaba que Crucifixión era fundamental para el libro . Su aspecto original, con las cuartillas ya carcomidas por el paso del tiempo, le convierten en todo un objeto de deseo para el mundo lorquiano.
La pregunta ahora es si el nuevo original, recién adquirido por el Ministerio de Cultura, se reunirá o no con sus hermanos en la Fundación García Lorca. El futuro siempre despeja incógnitas, aunque a veces se toma su tiempo.
"Y la tierra despertó arrojando
temblorosos ríos de polilla"
(así termina el poema)
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2 comentarios:
Excelente informe.
Ya ve que, aunque hayan viajado a lomos de caballitos eléctricos y transitado por senderos de cobre, sus deseos, Señora, son órdenes.
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