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lunes, 21 de enero de 2008

Farolito rojo III - El mapa a escala 1:1


En su comentario al post "Del rigor en la ciencia", JMAiO escribe:

"Creo recordar un texto que leí, en el que se contaba que los cartógrafos de un país, empeñados en hacer cada vez mejores mapas de él, hicieron al final uno a escala 1:1. Pero los agricultores se quejaban de que, al desplegar sus hojas, éstas les ocultaban el sol para sus cosechas. Desde entonces usan el país como su propio mapa. En mi memoria, el texto es de Lewis Carroll, pero he sido incapaz de encontrarlo en sus obras. ¿Alguien puede darme más datos?"

En Sylvie and Bruno Concluded de Lewis Carroll, publicado por vez primera en 1893, se lee (Capítulo XI, El hombre en la luna):

"That's another thing we've learned from your Nation," said Mein Herr, "map-making. But we've carried it much further than you. What do you consider the largest map that would be really useful?"

"About six inches to the mile."


"Only six inches!" exclaimed Mein Herr. "We very soon got to six yards to the mile. Then we tried a hundred yards to the mile. And then came the grandest idea of all! We actually made a map of the country, on the scale of a mile to the mile!"


"Have you used it much?" I enquired.

"It has never been spread out, yet," said Mein Herr: "the farmers objected: they said it would cover the whole country, and shut out the sunlight! So we now use the country itself, as its own map, and I assure you it does nearly as well."

Es decir, la idea de un mapa a escala 1:1 se halla en efecto en Lewis Carroll. Buena memoria. Se diría así que hemos pillado a Borges en un plagio. No es así, sin embargo, porque en muchas ocasiones reescribió textos de autores que le precedieron. En un artículo titulado "Borges, el cartógrafo de la literatura", Hugo Santander Ferreira (
Universidad de Salford, Inglaterra) dice lo siguiente:

«Sus poemas, sus cuentos, sus ensayos, sus reiterativas conferencias y entrevistas, son un elaborado esfuerzo por abarcar, o más bien reseñar, los escritos que le precedieron, pero a diferencia de un erudito o un profesor universitario, Borges no se limita a describir sus lecturas, sino que las recrea, las reinventa o, en sus propios términos, las reescribe. Los sitios que imagina, los escritores que relee, son coordenadas de una vasta topografía imperfecta, olvidada o mal elaborada. Queriendo recordarla, mejorarla o perfeccionarla, su obra, más allá de su valor literario y estilístico, nos conduce por una trama de citas, versos y opiniones, tan extensa como los mapas del Imperio, reseñados por su personaje Suárez Miranda en su libro Viajes de Varones Ilustres: «…En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del imperio toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisfacieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él.»

De lo anterior se desprende que Borges no trataba de ocultar sus fuentes: simplemente, se limitaba a no citarlas, quizás porque las consideraba obvias.

* * * * *
Pero hay más, aunque la idea ya no es la misma: en "The Hunting of the Snark" se habla de un mapa en blanco, ideal para la navegación sin complicaciones. He aquí el mapa (pinchar para ver en tamaño mayor):




Y he aquí el poema que alude a dicho mapa (pinchar para ver a mayor tamaño):



Dado que los comentarios son públicos, traemos a este frontis el muy iluminador de Alina:

«La cuestión de la reescritura de textos (o su referencia) de unos autores por otros (también se habla de "préstamo"), ha sido muy estudiada por los teóricos literarios del siglo xx, fuera o no voluntaria, fuera explícita o implícita.
Mijail Baxtin fue uno de estos estudiosos, y le dio el nombre de "intertextualidad".
La idea es que los autores den pistas (a veces difíciles de rastrear) de que no se trata de un simple plagio.
»

3 comentarios:

Alina M dijo...

Farolito completísimo.

La cuestión de la reescritura de textos (o su referencia) de unos autores por otros (también se habla de "préstamo"), ha sido muy estudiada por los teóricos literarios del siglo xx, fuera o no voluntaria, fuera explícita o implícita.
Mijail Baxtin fue uno de estos estudiosos, y le dio el nombre de "intertextualidad".
La idea es que los autores den pistas (a veces difíciles de rastrear) de que no se trata de un simple plagio.

JMAiO dijo...

He estudiado este tema, descubriendo centenares de plagios en citaciones. Pero muchos de ellos no son tales. ¿Podrá considerarse plagio decir "En un lugar de la Mancha..." sin citar el autor? Es tan obvio que no hace falta.

Sin embargo, en el correr del tiempo, esto trae extrañas consecuencias. Kennedy dijo: "Ojo por ojo, y todo el mundo quedará ciego", sin decir que esta frase era de Gandhi. Consecuencia: muchas veces le es atribuida. En otros casos, la falta de acreditación del autor es más sospechosa: La Pasionaria lanzó en la guerra de 1936-39 el lema "¡No pasarán!", que era en realidad de Pétain (o su equipo) durante la I Guerra Mundial, y también: "Más vale morir de pie que vivir de rodillas", que era de Emiliano Zapata. Tanta contumacia es sospechosa...

César dijo "Alea jacta est", que era una comedia de moda en Roma en aquellos momentos, y Tadeo Calomarde, "Manos blancas no ofenden", que era dicho en otra obra teatral en boga entonces...

Y entrando en lo ridículo: un locutorcillo de TV acusaba ayer auna folclórica de haber cantado "Yo soy ésa", que era de la Pantoja. ¡Dios mío! Ya de niño la oí a Juanita Reina, y recuerdo que decían que ésta la había tomado de Concha Piquer. Lo que hace la falta de incultura (Cantinflas)...

JMAiO dijo...

¡Ah, y otra cosa! muchas gracias por darme esta referencia, Pneuma. Este blog está resultando para mí un negocio redondo: resuelve mis dudas de años nada más plantearlas.