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martes, 1 de enero de 2008

Epitafios literarios

DEL CACHIDIABLO, ACADÉMICO DE LA ARGAMASILLA,
EN LA SEPULTURA DE DON QUIJOTE

Epitafio

Aquí yace el caballero,
bien molido y mal andante,
a quien llevó Rocinante
por uno y otro sendero.
Sancho Panza el majadero
yace también junto a él,
escudero el más fïel
que vio el trato de escudero.

DEL TIQUITOC, ACADÉMICO DE LA ARGAMASILLA,
EN LA SEPULTURA DE DULCINEA DEL TOBOSO

Epitafio

Reposa aquí Dulcinea;
y, aunque de carnes rolliza,
la volvió en polvo y ceniza
la muerte espantable y fea.
Fue de castiza ralea,
y tuvo asomos de dama;
del gran Quijote fue llama,
y fue gloria de su aldea.

Éstos fueron los versos que se pudieron leer; los demás, por estar carcomida la letra, se entregaron a un académico para que por conjeturas los declarase. Tiénese noticia que lo ha hecho, a costa de muchas vigilias y mucho trabajo, y que tiene intención de sacallos a luz, con esperanza de la tercera salida de don Quijote.

Forsi altro canterà con miglior plectio.

Finis

De El Quijote (bueno, de El Ingenioso Hidalgo de no sé qué...), de Miguel de Cervantes.
(Fragmento de El Quijote, del final de la primera parte, aportado aquí por añadir condimento a la bandeja de epitafios servida por Lingus.)

Addenda, en donde se reconoce que Alina M. fue la pionera en el aporte de epitafios: el 22 de diciembre de 2007 incluyó el poema "Epitafio", de Nicanor Parra. El autor de esta nota no se perdona semejante olvido, y ya va por la avemaría número setenta de las setenta veces siete que se ha impuesto como penitencia, amén de las flagelaciones que deja para el verano, que tampoco es cosa de ponerse en cueros bajo este clima tan inhóspito. Porque lo piensa llevar a cabo públicamente, para mayor escarmiento. Amén.

3 comentarios:

Alina M dijo...

El 22 de diciembre hice un humilde aporte (anticipado) a este desfile de epitafios: precisamente el poema "Epitafio", de Nicanor Parra.

Pneuma dijo...

Cierto, bien cierto. No sé por qué, me quedó en la memoria bajo la figura de un autorretrato. De inmediato paso a dar cumplida cuenta del desagravio, mientras aquí mismo pido perdón por semejante olvido. Sirva como excusa que uno no acumula tiempo impunemente.

Alina M dijo...

Pero ¡qué horror! Me habré expresado mal... No buscaba calmar mi rencor ni saciar mi sed de venganza (que por otro lado, se ha saciado con las avemarías, por lo cual podemos suspender las flagelaciones), sino que quería aumentar la fúnebre colección con el recuerdo del texto de Nicanor Parra...
¡Te suplico me perdones, oh Venerable!