Pesco de la turbia masa de textos que se esconden en mi PC esta pieza que, con el título de "Curiosidad literaria inútil", tiene todas las trazas de haber sido aportada en su momento por JMAiO. Si coloco el farolito rojo es para llamar la atención por si alguien conociera al autor de la simpática y harto difícil "Trazada para la A".
En la literatura potencial (LIPO) abundan los llamados lipogramas, composiciones escritas con la ausencia de alguna letra. Son famosas algunas novelas del Siglo de Oro escritas sin usar la A, la E, etc. Jardiel Poncela publicó en los años 30 una colección de cinco cuentos, cada uno sin una de las cinco vocales. Son juguetes literarios que, en el mejor de los casos, provocan una sonrisa benévola a los autores “buenos”.
El caso es que también algunos de estos autores “buenos” no desdeñan esta clase de literatura. Las novelas mencionadas son tortas y pan pintado al lado del cuento que Rubén Darío publicó como "Curiosidad literaria" atribuyéndolo a "un escritor sudamericano”:
Hablábamos varios hombres de letras de las cosas curiosas que, desde griegos y latinos, han hecho ingenios risueños, pacientes o desocupados en el lenguaje. Versos que se pueden leer al revés tanto como al derecho, acrósticos enrevesados y luego prosas en que se suprimiera una de las vocales en largos cuentos castellanos. Entonces yo le hablé de una curiosidad, en verdad de la más peregrinas, que hice insertar siendo muy joven en una revista que dirigía allá en
Amar hasta fracasar
La Habana aclamaba a Ana, la dama más agarbada, más afamada.—Amaba a Ana Blas, galán asaz cabal, tal amaba Chactas a Atala.
Ya pasaban largas albas para Ana, para Blas; mas nada alcanzaban. Casar trataban, mas hallaban avaras a la hadas, para dar grata andanza a tal plan.
La plaza llamada Armas, daba casa a la dama; Blas la hablaba cada mañana; mas la mamá, llamada Marta Albar, nada alcanzaba. La tal mamá trataba jamás casar a Ana hasta hallar gran galán, casa alta, ancha arca, para apañar larga plata, para agarrar adahalas[1]. ¡Bravas agallas! —¿Mas bastaba tal cábala? —Nada ¡ca!, ¡nada basta a atajar la llama aflamada!
Ana alzaba la cama al aclarar; Blas la hallaba ya parada a
Pasaban las añadas[4]. Acabada la marcada para dar Blas a Ana las sagradas arras, trataban hablar a Marta para afrancar[5] a Ana, hablar al abad, abastar saya, manta, sábanas, cama, alhajar casa ¡ca! ¡nada faltaba para andar al altar!
Mas la mañana marcada, trata Marta ¡mala andanza! pasar a Santa Clara al alba, para clamar a la Santa adaptada al galán para Ana. Agarrada bajaba ya las gradas; mas ¡caramba! halla a Ana abrazada a Blas, cara a cara. ¡Ah! la a nada basta para trazar la zambra armada. Marta araña a Ana, tal arañan las gatas a las ratas; Blas la ampara; para parar las brazadas a Marta, agárrala
¡Bárbara Marta! Avara bajasa[6], al atrancar a Ana tras las barbacanas sagradas (algar[7], fatal para damas blandas). ¿Trataba alcanzar paz a Ana? ¡Ca! ¡Asparla[8], alafargarla, matarla! Tal trataba
Ha ya larga mañanas trama Blas la alcaldada: para tal, habla. Al rayar la alba, al atalaya da plata, saltan las barras, avanza a
Mas para nada alcanzará la llamada: atafagarán[14], mas la tapada, taparánla más. Aplaza la hazaña…
Blas la aplaza; para apartar malandanza, trata hablar a Ana, para Ana nada más. Para tal alcanzar, canta a garganta baja:
La barca lanzada
allá al ancha mar
arrastra a la Habana
canalla-rapaz.
Al tal mata-damas
llamaban asaz,
mas jamás la mata,
las ha para amar.
Fallar las amarras
hará tal galán,
ca, brava alabarda
llaman a la mar.
Las alas, la alaba,
la azagaya… ¡Bah!
nada, nada basta
a tal batallar.
Ah, marcha, alma Atala
a dar grata paz,
a dar grata andanza
a Chactas acá.
Acabada la cantata, Blas anda para acá, para allá, para nada alarmar al adra[15]. Ana agradada a las palabras cantadas salta
Atrás va Ana. ¡Ya llama! ¡Avanza, galán, avanza! Clama alas al alcatraz, patas al alazán. ¡Avanza, galán, avanza!
—¡Amada Ana!…
—¡Blas!…
—¡Ya jamás apartarán a Blas para Ana!
—¡Ah, jamás!
—¡Alma amada!…
—¡Abraza a Ana hasta matarla!
—¡Abraza a Blas hasta lanzar la alma!…
A la mañana tras la pasada, alzaba ancla para Málaga
Faltaba ya nada para anclar; mas la mar brava lanza a la playa la fragata: la vara.
La mar trabaja las bandas: más brava, arranca tablas al tajamar, nada basta a salvar la fragata. ¡Ah, tantas almas lanzadas al mar, ya agarradas a tablas claman, ya nadan para ganar la playa! Blas nada para acá, para allá, para hallar a Ana, para salvarla. ¡Ah! Tantas brazadas, tan gran afán para nada; hállala, mas la halla ya matada. ¡Matada!… Al palpar tan gran mal nada bala ya, nada trata alcanzar. Abraza a la amada. “¡Amar hasta fracasar!” clama… Ambas almas abrazadas bajan a la nada[17]. La mar traga a Ana, traga a Blas, traga más… ¡ca! Ya Ana hablaba a Blas para pañal, para fajas, para zarandajas. “¡Mamá ya, acababa Ana. Papá ya, acababa Blas!…
Nada habla la Habana para sacar a plaza a Marta, tras las pasadas; mas la palma canta hartas hazañas para cardarla la lana.
[1] Adahalas, lo mismo que adehalas.
[2] Apalambrar, indendiar.
[3] Azagaya, dardo.
[4] Añada, el tiempo de un año.
[5] Afrancar, dar libertad, licencia.
[6] Bajasa, mujer mala.
[7] Algar, caverna o cueva.
[8] Aspar, atormentar.
[9] Asayar, experimentar.
[10] Balar, desear ardientemente.
[11] Alfana, iglesia. Voz de la germanía.
[12] Aparar, preparar.
[13] Amanar, poner a
[14] Atafagar, fatigar, sofocar.
[15] Adra, porción de un barrio, barriada.
[16] Aya, se dice vulgarmente de las criadas de razón.
[17] A la muerte.
JMAiO contesta mediante un comentario, que por lo revelador merece ser colocado aquí:
La composición es de Rubén Darío.
Algunas de las que tengo recogidas en mi libro "La fantasía en el lenguaje":
También la e se presta a largas composiciones, aunque no tan fáciles ni extensas pese a su ligera ventaja estadística. Las siguientes son de Ramón Tiraplom:
El leve césped emerge vehementemente en el vergel. Enfrente, el tenderete de leve membrete... el pesebre. De Efrén depende el pesebre. ¡De Efrén, el hereje, el descendente de bereberes! De Efrén, ¿eh? Se estremece en el tercer mes de estrecheces: el jefe, el demente Ebenézer, debe ver el refleje del deber en el pesebre. El frente de breves heces, de gérmenes... el demente jefe se crece... preces, preces... ¡Cede, Efrén, perece!
Tres veces en el mes, el rey debe tener excelentes leyes.
La i y la o, más difíciles, sólo aparecen en frases breves:
Id, viril Idris: dirigid, insistid, dividid, imprimid vil inri; dirimid civil, difícil lid, infligid ministril crisis; fingid bilis, sífilis, tisis sin fin; vivid mil brindis; y... gris fin: dimitid.
Sí, Mimí: ni vi, ni di, ni dividí mis titís.
Los siguientes poemas con la i son de Enrique Fernández, Murcia (España):
INCIPIT
Viví sin tí y, gil, fingí vivir.
Sí. Inhibí mi chip y mis mil bits y di mi incivil vid (sic).
Insistí, viril, sin distinguir sillín y crin.
¡Difícil dividir sínfisis sin lisis!
(Bis) Viví sin tí y, gil, fingí vivir.
Inquirí mi listín sin inscribir,
vi mi disimil gris iris, y dirimí mi vil fin...
mi tisis y mi sífilis.
FIN
4 comentarios:
¡Pues esto es muy fácil!
Sólo tenéis que memorizar el diccionario y pensar un poco...
Sí, estoy seguro de que la técnica consiste en recoger aparte todas las palabras del diccionario que contienen como única vocal la "a", y ceñirse luego a ese diccionario.
Antes de la era de la informática semejante tarea debía suponer medio año de trabajo. Ahora es mucho más fácil: se toma un archivo con todas las palabras del DRAE, se hace un programita para seleccionar lo que se quiere, y ya está. Se pierden, eso sí, las explicaciones del significado de la palabra, pero ya es mucho lo adelantado.
La composición es de Rubén Darío.
Algunas de las que tengo recogidas en mi libro "La fantasía en el lenguaje":
También la e se presta a largas composiciones, aunque no tan fáciles ni extensas pese a su ligera ventaja estadística. Las siguientes son de Ramón Tiraplom:
El leve césped emerge vehementemente en el vergel. Enfrente, el tenderete de leve membrete... el pesebre. De Efrén depende el pesebre. ¡De Efrén, el hereje, el descendente de bereberes! De Efrén, ¿eh? Se estremece en el tercer mes de estrecheces: el jefe, el demente Ebenézer, debe ver el refleje del deber en el pesebre. El frente de breves heces, de gérmenes... el demente jefe se crece... preces, preces... ¡Cede, Efrén, perece!
Tres veces en el mes, el rey debe tener excelentes leyes.
La i y la o, más difíciles, sólo aparecen en frases breves:
Id, viril Idris: dirigid, insistid, dividid, imprimid vil inri; dirimid civil, difícil lid, infligid ministril crisis; fingid bilis, sífilis, tisis sin fin; vivid mil brindis; y... gris fin: dimitid.
Sí, Mimí: ni vi, ni di, ni dividí mis titís.
Los siguientes poemas con la i son de Enrique Fernández, Murcia (España):
INCIPIT
Viví sin tí y, gil, fingí vivir.
Sí. Inhibí mi chip y mis mil bits y di mi incivil vid (sic).
Insistí, viril, sin distinguir sillín y crin.
¡Difícil dividir sínfisis sin lisis!
(Bis) Viví sin tí y, gil, fingí vivir.
Inquirí mi listín sin inscribir,
vi mi disimil gris iris, y dirimí mi vil fin...
mi tisis y mi sífilis.
FIN
Volvamos a Tiraplom. Con la o:
¡Voto con gozo por lo probo, lo donoso, lo jocoso!... ¡Horror los rostros llorosos! Propongo todo lo frondoso, lo hondo); no lo roñoso, lo tosco, lo horroroso. No plomo: oro. ¡Loor por lo loco, lo gozoso!
Como no soy zoólogo no conozco todos los monos.
O los monos son de color rojo, o yo soy loco.
La u es rarísima en exclusiva en palabras castellanas. El siguiente ejemplo tiene carácter casi exhaustivo y único:
Bululú: su buz, su tul... su crup, su pus (¡bu!). Dux: su tul, su club... su buz, su mus (¡uf!). Zulú: tu ñu, tu luz, tu Cruz-Sur (¡ujú!).
Adoro estas cosas...
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