Este farolito será la señal que indicará fragmentos literarios que conviene saber de memoria, porque en algún momento se presentará la ocasión para citarlos (por ejemplo: está usted en una reunión y de repente se halla conversando sobre José Hernández con su mejor amigo/amiga y la chica/chico más guapa/guapo de la sala. Bueno, pues esa no es la ocasión; la chica/chico más guapa/guapo se irá igualmente con su mejor amigo/amiga) .
Comenzamos con las primeras estrofas del poema hernandino representativo de las letras en estilo gaucho, el Martín Fierro.
I
Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela,
Que el hombre que lo desvela
Una pena estrordinaria,
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela.
Pido a los santos del cielo
Que ayuden mi pensamiento;
Les pido en este momento
Que voy a cantar mi historia
Me refresquen la memoria
Y aclaren mi entendimiento.
Vengan santos milagrosos,
Vengan todos en mi ayuda,
Que la lengua se me añuda
Y se me turba la vista;
Pido a Dios que me asista
En una ocasión tan ruda.
Yo he visto muchos cantores
Con famas bien otenidas,
Y que después de alquiridas
No las quieren sustentar;
Parece que sin largar
Se cansaron en partidas.
Mas ande otro criollo pasa
Martín Fierro ha de pasar;
Nada lo hace recular
Ni las fantasmas lo espantan,
Y dende que todos cantan
Yo también quiero cantar.
......
Y aquí lo dejamos, porque son 7210 versos, y sólo hubo un John von Neumann.
jueves, 28 de febrero de 2008
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