Sofía Opalski tiene muchos años, nadie sabe cuántos, quién sabe si ella sabe. Le queda una pierna, anda en silla de ruedas. Están las dos gastaditas, la silla y ella. A la silla se le aflojan los tornillos y a ella también.
Cuando ella se cae, o se cae la silla, Sofía se arrima como puede hasta el teléfono y disca el único número que recuerda. Y pregunta, desde el fin del tiempo:
- ¿Quién soy?
Muy lejos de Sofía, en otro país, está Lucía Herrera, que tiene tres o cuatro años de nacida. Lucía pregunta, desde el principio del tiempo:
-¿Qué quiero yo?
Eduardo Galeano
martes, 26 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario