Pues sí, somos siete, así que formamos una pléyade. En poesía ---también en filosofía--- se llama así a un grupo de personas (se supone que con renombre, pero no nos finjamos modestos) que colaboran en un proyecto común.
El nombre proviene del número de estrellas que forman el cúmulo abierto situado en la constelación de Tauro (se conoce también como 'las siete cabritas'), y que tiene su correspondencia en la mitología griega. Las Pléyades son las hijas del titán Atlas y la ninfa marina Pleyone. En el Mediterráneo, el grupo de estrellas es visible durante la noche desde mediados de mayo hasta fines de octubre, meses propicios a la navegación en la antigüedad, razón por la cual se supone que el nombre deriva de πλεϊν, que en griego significa ‘navegar’. Esta etimología fue defendida por Virgilio (Geórgicas 1.136 - 138).
En Los trabajos y los días, Hesíodo menciona varias veces a las Pléyades, y dedica un consejo a los navegantes
cuando las Pléyades huyan del poderoso Orión
y se hundan en las brumosas profundidades
y todos los borrascosos vientos rujan,
no sigas entonces con tu barco en el oscuro mar
sino, como te pido, recuerda trabajar en tierra
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