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lunes, 31 de diciembre de 2007

Lo lamento, dilectos amigos, pero temo que mi ordenador se ha escacharrado, pues se han quedado sin publicar diversos comentarios que emití sobre Marlene Dietrich, el albaricoque, el fin de año y otras cosas. Incluso no sé si éste va a salir. Hasta que consiga arreglarlo...

Feliz año

Ya os pienso, amigos,
al filo de las doce, acechando minutos,
y os imagino alzando la inevitable copa,
y fabulo también sinuosas serpentinas
y las sonrisas diáfanas de los supervivientes.

Cada uno en su punto exacto del planeta
en la frontera casi de un año aún forastero
fruto tan sólo de la obsesión humana
por colocar a todo su etiqueta y su número.

Brindaré por vosotros, compinches de esta sopa,
y me inventaré cucharas para los peregrinos
todos
que por aquí se asoman.
Y cerraré los ojos para soñar el deseo
de que no cese la lumbre que hace bullir la sopa.
Y lo diré tres veces:
que no cese,
que no cese,
que no cese
esta sopa bendita de palabras y guiños.

P. Crespo (31 diciembre 2007)

Placeres




"El conocimiento de hechos curiosos no sólo hace
menos desagradables las cosas desagradables, sino
que hace más agradables las cosas agradables. Yo
encuentro mejor sabor a los melocotones
y a los albaricoques desde que supe que fueron cultivados
inicialmente en China, en la primera época de la
dinastía Han; que los rehenes chinos en poder del gran rey
Kaniska los introdujeron en la India, de donde se extendieron
a Persia, llegando al Imperio romano durante el siglo I
de nuestra era; que la palabra 'albaricoque' se deriva
de la misma fuente latina que la palabra 'precoz', porque
el albaricoque madura tempranamente, y que la partícula
inicial 'al' fue añadida por equivocación, a causa de una falsa
etimología. Todo esto hace que el fruto tenga un sabor
mucho más dulce
."


Bertrand Russell








domingo, 30 de diciembre de 2007

Where have all the flowers gone?




Canta Marlene Dietrich




Where have all the flowers go?
Long time passing
Where have all the flowers gone?

Long time ago
Where have all the flowers gone?
Girls have picked them every one
When will they ever learn?
When will they ever learn?

Where have all the young girls gone?
Long time passing
Where have all the young girls gone?
Long time ago
Where have all the young girls gone?
Taken husbands every one
When will they ever learn?
When will they ever learn?
Where have all the young men gone?
Long time passing
Where have all the young men gone?
Long time ago
Where have all the young men gone?
Gone for soldiers every one
When will they ever learn?
When will they ever learn?
Where have all the soldiers gone?
Long time passing
Where have all the soldiers gone?
Long time ago
Where have all the soldiers gone?
Gone to graveyards every one
When will they ever learn?
When will they ever learn?

Where have all the graveyards gone?
Long time passing
Where have all the graveyards gone?
Long time ago
Where have all the graveyards gone?
Covered with flowers every one
When will we ever learn?
When will we ever learn?


Pete Seeger


¿Dónde se han ido todas las flores pasado tanto tiempo?/ ¿Dónde se han ido todas las flores hace tanto tiempo?/ ¿Dónde se han ido todas las flores?/ Las chicas las tomaron todas ellas./ ¿Cuándo aprenderán?/ ¿Cuándo aprenderán?// ¿Dónde se han ido todas las chicas jóvenes pasado tanto tiempo?/ ¿Dónde se han ido todas las chicas jóvenes hace tanto tiempo?/ ¿Dónde se han ido todas chicas jóvenes?/ Tomaron maridos todas ellas./ ¿Cuándo aprenderán?/ ¿Cuándo aprenderán?// ¿Dónde se han ido todos los hombres jóvenes/ pasado tanto tiempo?/ ¿Dónde se han ido todos los hombres jóvenes/ hace tanto tiempo?/ ¿Dónde se han ido todos los hombre jóvenes?/ Se hicieron soldados todos ellos.// ¿Dónde se fueron todos los soldados/ pasado tanto tiempo?/ ¿Dónde se fueron todos los soldados/ hace tanto tiempo?/ ¿Dónde se fueron los soldados?/ Se fueron a la tumba todos ellos./ ¿Cuándo aprenderán?/ ¿Cuándo aprenderán?// ¿Dónde se fueron todas las tumbas/ pasado tanto tiempo?/ ¿Dónde se fueron todas las tumbas/ hace tanto tiempo?/ ¿Dónde se fueron todas las tumbas?/ Se cubrieron de flores todas ellas./
¿Cuándo aprenderemos?/ ¿Cuándo aprenderemos?/
EPITAFIOS

Como soy un poco bicho raro, tengo una extraña afición por los cementerios. No creáis que es gratuito; los cementerios son los mejores museos de escultura de cualquier ciudad y además fuente de inspiración. Los hay grandes y ricos, como el de Milán o como el de Montjuich; otros son pequeños y hermosos como los de cualquier pueblecito de la Cerdanya; algunos se han hecho famosos, como el Cementiri de Synera, pero sin duda, en casi todos encontramos muestras del humor del ser humano especialmente en los epitafios, es decir en la Inscripción que se pone sobre una sepultura.

Los epitafios, como los testamentos, la gente los rechaza y no quiere pensar en ellos, como si el mero hecho de pensar acercara a la muerte, pero es evidente, como ahora os demostraré, que no puede dejarse al arbitrio de cualquiera lo que ha de constar como última frase para vuestra eternidad.
Si hablamos de epitafios, tal vez el mas famoso es el que dicen que hay en la tumba de Groucho Marx, que con su sarcasmo característico dice: «Disculpe que no me levante, señora».
Algunos tienen mala leche y quieren dejar constancia de los hechos, como el que se puede leer en una tumba del cementerio de Salamanca y que dice: «Con amor de todos tus hijos, menos Ricardo que no dio nada».

O el de una pareja de hecho fallecida en accidente y a quien el obispado les negó la extremaunción por vivir en pecado y que a modo de poema dice: «Eran muy buenos los dos, y fueron de Dios en pos, como va todo el que muere, pero no están junto a él, porque el obispo no quiere».
Otros, denotan la forma de ser del difunto, como el que dicen que consta en la tumba de Orson Welles: «No es que yo fuera superior. Es que los demás eran inferiores».

O el de la lápida de Unamuno que dice «Solo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo ».

O el de aquel fraile de clausura en cuya lápida puede leerse: «Frai Diego aquí reposa, en su vida no hizo otra cosa».

Pero los mas comunes son los que hacen referencia al descanso del difunto y de sus deudos, como lo que pone una esposa en la tumba de su marido: «Aquí yaces y yaces bien, tú descansas y yo también».

U otro muy similar, también en la tumba de un difícil compañero: «Ya estás en el paraíso, y yo también».,

En igual sentido, un marido hizo inscribir en la lápida de su esposa: «Tanta paz encuentres, como tranquilidad me dejas».

O la de aquel yerno que hizo gravar a su madre política: «Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando».

Pero también sucede al revés, como en una lapida erigida por la suegra a su yerno en la que se podía leer: «Descansa en paz hasta que volvamos a encontrarnos».
Otros denotan sentido del humor, como aquel hombre que pesaba 140 kilos e hizo infinitas curas de adelgazamiento sin lograrlo e hizo inscribir en su tumba: «Por fin me quedé en los huesos».
En una tumba del cementerio de Guadalajara puede leerse: «A mi marido, fallecido después de un año de matrimonio. Su esposa con profundo agradecimiento». no queda muy claro si la causa de ese profundo agradecimiento era el amor recibido, o la herencia que dejaba.

Un marido, despechado, hizo inscribir sobre la tumba de su mujer: «Aquí yace mi mujer, fría como siempre».
Y en otro cementerio, una mujer puso sobre la tumba de su marido: «Aquí yace mi marido, al fin rígido».
También se puede ver como ha vivido la gente agobiada por la economía: así se puede leer: “Algo tengo, por cierto, aquí no pagaré ningún descubierto».

O En el cementerio de la Almudena de Madrid se encuentra uno que reza: «Aquí estoy con lo puesto, y no pago los impuestos». Bueno, él ya no los paga, pero si sus herederos, porque yacer bajo tierra no es gratis, ni mucho menos.
También los hay con claras referencias a los errores médicos, como aquel que dice: «Fallecido por la voluntad de Dios y mediante la ayuda de un médico imbécil».

U otro que simplemente deja constancia: «Ya os decía que ese médico no era de fiar».

También los hay a la inversa, como aquel de un médico que ponía: «Aquí yace uno por quien yacen muchos en este lugar».
Finalmente, En la sepultura de un aprensivo que creyendo estar muy enfermo, intentó curarse con mejunjes y potingues: «Aquí yace un español, que estando bueno quiso estar mejor».

U otros que simplemente insisten en que no se les hizo caso: «Veis como sí que estaba enfermo».
Estos son algunos de los epitafios que he podido recopilar y que me han arrancado mas de una sonrisa. Solo por ello vale la pena pasear por los cementerios de este mundo.

En definitiva, vigilar a quien se le encarga buscar la frase ideal que ha de constar en vuestra tumba.
Lingus (27/04/2001) (con la colaboración de la red)

Entre el 2007 y el 2008

Quiero agradeceros, compañeros de blog (y sobre todo a ti, Pneuma, alma mater y pater de este espacio) las tan felices horas que me habéis hecho pasar, comunicándonos y compartiendo nuestros tesoros. Horas estimulantes que son, en sí mismas, también tesoros.

Estáis entre las mejores cosas que me deja este año, y seguramente entre las mejores de los tiempos por venir.

Os dedico, pues, la "DANZA DE LAS HORAS" (de la ópera "La Gioconda") de Amilcare Ponchielli:

El mar, el barco y la moneda

A UNA MONEDA

Fría y tormentosa la noche que zarpé de Montevideo.
Al doblar el Cerro,
tiré desde la cubierta más alta
una moneda que brilló y se anegó en las aguas barrosas,
una cosa de luz que arrebataron el tiempo y la tiniebla.
Tuve la sensación de haber cometido un acto irrevocable,
de agregar a la historia del planeta
dos series incesantes, paralelas, quizá infinitas:
mi destino, hecho de zozobra, de amor y de vanas vicisitudes,
y el de aquel disco de metal
que las aguas darían al blando abismo
o a los remotos mares que aún roen
despojos del sajón y del fenicio.
A cada instante de mi sueño o de mi vigilia
corresponde otro de la ciega moneda.
A veces he sentido remordimiento
y otras envidia,
de ti que estás, como nosotros, en el tiempo y su laberinto
y que no lo sabes.

Jorge Luis Borges



Este magistral poema de Borges sugirió a jmaio el siguiente problema: Cuando Borges echó la moneda al mar, ¿qué ocurrió con el nivel de éste? ¿Subió, bajó o permaneció constante? Pneuma se lanzó inmediatamente tras el hueso, y he aquí su solución (les advierto que tiene la aprobación de jmaio, que es como decir que Euler, Gauss y Poincaré han emitido su nihil obstat, así que no se me pongan críticos)


Solución:

La solución podría razonarse de este modo: al tirar la moneda, el barco deja de desalojar un volumen de agua igual al peso de dicha moneda. Puesto que la densidad de la moneda es mayor que la del agua (según el poema se hunde, cosa habitual en las monedas que caen en el agua), el volumen de agua que deja de desalojar el barco es mayor que el volumen de la moneda. El volumen total definido por el continente y la superficie del agua, prolongada por el interior del barco, aumenta en el volumen de la moneda y disminuye en el volumen referido que desaloja de menos el barco; como este último es mayor que el de la moneda, el volumen total desciende, y por tanto el nivel del agua baja.

Un análisis en términos matemáticos podría ser el que sigue. Llamemos V al volumen delimitado por el continente y la superficie del agua, prolongada ésta por el interior del barco. Sea A el peso (volumen) del agua, P el peso del barco y M el de la moneda. Para simplificar las cosas supondremos que los volúmenes y los pesos se expresan de modo que la densidad del agua resulte igual a la unidad (litros y kilos, o gramos y centímetros cúbicos, por ejemplo). Por el principio de Arquímedes, podemos plantear la relación siguiente, válida antes del lanzamiento de la moneda:

V = A + P + M (1)

ya que P + M será el peso (volumen) de agua desalojado.

Una vez lanzada la moneda, la relación será ahora la siguiente:


V’ = A + P + v (2)


donde V’ será el nuevo volumen total y v el de la moneda. Si ahora dividimos (2) entre (1) resultará, si llamamos δ a la densidad del material de la moneda:

V’ / V = (A + P + v) / (A + P + M)

= (A + P + v) / (A + P + δ.v)


valor que será inferior a la unidad puesto que es
δ > 1. Concluimos que es V’ < V.

Si se suponen paredes verticales como borde del continente, el descenso del nivel del agua es cuantificable al ser

a’ = a . (A + P + v) / (A + P + δ.v) (3)

donde a y a’ son las alturas del nivel del agua antes y después de que la moneda haya entrado en el agua. En condiciones ordinarias el valor de la diferencia es naturalmente ínfimo. Siendo la superficie total del mar de unos 361 x 106 km2 y suponiendo que la moneda pesa unos 10 gramos y es de plata (densidad 10,5 gr/cm3), la diferencia de nivel (el peso del barco es irrelevante) resulta ser del orden de 2,5 x 10-18 cm (ver cálculos más abajo), cien mil veces menor que el diámetro del nucleón (protón o neutrón), que es del orden de 1 femtómetro, igual a 10-13 cm. Para una experiencia real puede utilizarse una tina (el mar), un recipiente de plástico (el barco) y una piedra (la moneda), por ejemplo, en cuyo caso podemos comprobar que el nivel del agua desciende al sacar la piedra del interior del recipiente y colocarla en el fondo de la tina.

Cálculo: La diferencia de nivel buscado, teniendo en cuenta la ecuación (3), será:

Δa = a – a’ = a [1 - (A + P + v) / (A + P + δ.v)] = a v (δ – 1) / (A + P + δ.v)

Ahora bien, tanto P como δ.v pueden despreciarse en el denominador, por ser su orden de magnitud muy pequeños comparados con el valor de A. Nos queda entonces:

Δa = a – a’ a v (δ – 1) / A = v (δ – 1) / S

donde S es la superficie del agua. Observemos que la diferencia de nivel no depende de la profundidad media del agua. Tendremos en definitiva

Δa (10 / 10,5) (10,5 – 1) / S = (9,5 / 1,05) / (361 x 1016 ) ≈ 2,5 x 10-18 cm.




La gran ola, por Katsushika Hokusai

Frases

- Los japoneses no miran, sospechan.

- Cuando un médico se equivoca, lo mejor es echarle tierra al asunto.

- La música japonesa es una tortura china.

- El eco siempre dice la última palabra.

- Las canas ya no se respetan. Se tiñen.

- En los aviones el tiempo se pasa volando.

- La marihuana causa amnesia y... otras cosas que no recuerdo.

- Sólo quien ha comido ajo puede darnos una palabra de aliento.

- Los mosquitos mueren entre aplausos.

- Mi padre vendió la farmacia porque no había más remedio.

- Morir es como dormir, pero sin levantarse a hacer pis.

- Hoy en día la fidelidad sólo se ve en los equipos de sonido.

- Hay estudiantes a los que les fastidia ir al hipódromo y ver que hasta los caballos logran terminar su carrera.

- El negocio más expuesto a la quiebra es el de la cristalería.

-Algunos matrimonios acaban bien. Otros… duran toda la vida.

- Los japoneses quieren abrirle los ojos al mundo.

- El diabético no puede ir de luna de miel.

- Cuando todo sube, lo único que baja es la ropa interior.

- Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas.

- Arreglar los problemas económicos es fácil, lo único que se necesita es dinero.

- Disfruta el día hasta que un imbécil te lo arruine.

- Amaos los unos sobre los otros.

- La amistad es como la mayonesa: cuesta un huevo y hay que tratar de que no se corte.

- Hazlo bien y no mires con quién.

- Es curioso que se le denomine sexo oral a la práctica sexual en la que menos se puede hablar.

- El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago.

- Bígamo: Idiota al cuadrado.

De uno de esos correos que dan tumbos por la red. Algunas de estas ocurrencias se atribuyen a Woody Allen.

Re-citando citas de Peluche

«Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente mudo en el preciso momento en que uno desea ser completamente sordo» (Oscar Wilde, 1854-1900, dramaturgo y novelista irlandés)

«Imagina que hay una guerra y no vamos NADIE» (Pintada en una plaza de Plasencia, verano 1992)

«¿Quieres acabar siendo una solterona que quema incienso para encontrar al hombre perfecto, cuando el hombre que "de momento me basta" está en el bar de la esquina?» (Peter Chelsom en la película "Serendipity", 2001)

«La realidad es aquello que, cuando dejas de creer en ella, no desaparece.» (Philip K. Dick, 1928- 1982, escritor estadounidense)

«La verdad puede ser más extraña que la ficción, pero la ficción es más verdadera.» (Frederic Raphael, 1932, escritor y guionista americano)

«Ganar no es lo importante, siempre y cuando ganes.» (Vincent Peter Jones, 1965, ex-futbolista británico)

«El amor es la vana ilusión de que una mujer es diferente de las demás» (Epiceto, 50-125, filósofo romano)

«La mujer es como la sombra: si la huyes, sigue; si la sigues huye» (Nicolás-Sebastien Roch, 1741-1794, escritor francés)

«Si el esfuerzo que se gastó en la investigación de la personalidad femenina se hubiese gastado en el programa espacial ya estaríamos vendiendo hamburguesas en la luna.» (Steven Wright, 1955, humorista estadounidense)

«La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica, y otra que practica, pero no predica.» (Bertrand Arthur William Russell, 1872-1970, filósofo y lógico matemático inglés)

(Del blog de Peluche, con su gentil y expreso permiso)

Mafalda




El texto de Cortázar me ha recordado una frase de Mafalda, de una manera un poco arbitraria, como corresponde a una asociante:

" ¿ Y si en vez de planear tanto, voláramos más alto ? "



(Veo que también se relaciona con el amiguito de aquí abajo.)

prueba


Esta imagen ha subido por razones de prueba. Pronto levantará el vuelo.

Pues ya no se irá, amigos. Queriendo o sin querer, Alina puso el ligue en la rama.

El tesoro de la juventud

Los niños son por naturaleza desagradecidos, cosa comprensible puesto que no hacen más que imitar a sus amantes padres; así los de ahora vuelven de la escuela, aprietan un botón y se sientan a ver el teledrama del día, sin ocurrirseles pensar un solo instante en esa maravilla tecnológica que representa la televisión. Por eso no será inútil insistir ante los párvulos en la historia del progreso científico, aprovechando la primera ocasión favorable, digamos el paso de un estrepitoso avión a reacción, a fin de mostrar a los jóvenes los admirables resultados del esfuerzo humano.

El empleo del “jet” es una de las mejores pruebas. Cualquiera sabe, aún sin haber viajado en ellos, lo que representan los aviones modernos: velocidad, silencio en la cabina, estabilidad, radio de acción.

Pero la ciencia es por antonomasia una búsqueda sin término, y los “jets” no han tardado en quedar atrás, superados por nuevas y más portentosas muestras del ingenio humano. Con todos sus adelantos esos aviones tenían numerosas desventajas, hasta el día que fueron sustituidos por los aviones de hélice. Esta conquista representó un importante progreso, pues al volar a poca velocidad y altura el piloto tenía mayores posibilidades de fijar el rumbo y de efectuar en buenas condiciones de seguridad las maniobras de despegue y aterrizaje. No obstante, los técnicos siguieron trabajando en busca de nuevos medios de comunicación aventajados, y así dieron a conocer con breve intervalo dos descubrimiento capitales: nos referimos a los barcos de vapor y al ferrocarril. Por primera vez, y gracias a ellos, se logró la conquista extraordinaria de viajar al nivel del suelo, con el inapreciable margen de seguridad que ello representaba.

Sigamos paralelamente la evolución de estas técnicas, comenzando por la navegación marítima. El peligro de incendios, tan frecuente en alta mar, incitó a los ingenieros a encontrar un sistema más seguro: así fueron naciendo la navegación a vela y más tarde (aunque la cronología no es segura) el remo como el medio más aventajado para propulsar las naves.

Este progreso era considerable, pero los naufragios se repetían de tiempo en tiempo por razones diversas, hasta que los adelantos técnicos proporcionaron un método seguro y perfeccionado para desplazarse en el agua. Nos referimos por supuesto a la natación, más allá de la cual no parece haber progreso posible, aunque desde luego la ciencia es pródiga en sorpresas.

Por lo que toca a los ferrocarriles, su ventajas eran notorias con relación a los aviones, pero a su turno fueron superados por las diligencias, vehículos que no contaminaban el aire con el humo del petróleo o el carbón, y que permitían admirar las bellezas del paisaje y el vigor de los caballos de tiro. La bicicleta, medio de transporte altamente científico, se sitúa históricamente entre la diligencia y el ferrocarril, sin que pueda definirse exactamente el momento de su aparición. Se sabe en cambio, y ello constituye el último eslabón del progreso, que la incomodidad innegable de las diligencias aguzó el ingenio humano a tal punto que no tardó en inventarse un medio de transporte incomparable, el de andar a pie. Peatones y nadadores constituyen así el coronamiento de la pirámide científica, como cabe comprobar en cualquier playa cuando se ve a los paseantes del malecón que a su vez observan complacidos las evoluciones de los bañistas. Quizás sea por eso que hay tanta gente en las playas, puesto que los progresos de la técnica, aunque ignorados por muchos niños, terminan siendo aclamados por la humanidad entera, sobre todo en la época de vacaciones pagas.

Julio Cortázar

sábado, 29 de diciembre de 2007

Bodas de sangre


Acto segundo

Cuadro I

[ . . . ]

Novia: (Apareciendo todavía en enaguas y con la corona de azahar puesta) Lo trajo.

Criada: (Fuerte) No salgas así.

Novia: ¿Qué más da? (Seria.) ¿Por qué preguntas si trajeron el azahar? ¿Llevas intención?

Leonardo: Ninguna. ¿Qué intención iba a tener? (Acercándose.) Tú, que me conoces, sabes que no la llevo. Dímelo. ¿Quién he sido yo para ti? Abre y refresca tu recuerdo. Pero dos bueyes y una mala choza son casi nada. Esa es la espina.

Novia: ¿A qué vienes?

Leonardo: A ver tu casamiento.

Novia: ¡También yo vi el tuyo!

Leonardo: Amarrado por ti, hecho con tus dos manos. A mí me pueden matar, pero no me pueden escupir. Y la plata, que brilla tanto, escupe algunas veces.

Novia: ¡Mentira!

Leonardo: No quiero hablar, porque soy hombre de sangre, y no quiero que todos estos cerros oigan mis voces.

Novia: Las mías serían más fuertes.

Criada: Estas palabras no pueden seguir. Tú no tienes que hablar de lo pasado. (La criada mira a las puertas presa de inquietud.)

Novia: Tienes razón. Yo no debo hablarte siquiera. Pero se me calienta el alma de que vengas a verme y atisbar mi boda y preguntes con intención por el azahar. Vete y espera a tu mujer en la puerta.

Leonardo: ¿Es que tú y yo no podemos hablar?

Criada: (Con rabia) No; no podéis hablar.

Leonardo: Después de mi casamiento he pensado noche y día de quién era la culpa, y cada vez que pienso sale una culpa nueva que se come a la otra; pero ¡siempre hay culpa!

Novia: Un hombre con su caballo sabe mucho y puede mucho para poder estrujar a una muchacha metida en un desierto. Pero yo tengo orgullo. Por eso me caso. Y me encerraré con mi marido, a quien tengo que querer por encima de todo.

Leonardo: El orgullo no te servirá de nada. (Se acerca.)

Novia: ¡No te acerques!

Leonardo: Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima. ¿De qué me sirvió a mí el orgullo y el no mirarte y el dejarte despierta noches y noches? ¡De nada! ¡Sirvió para echarme fuego encima! Porque tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad. ¡Cuando las cosas llegan a los centros, no hay quien las arranque!

Novia: (Temblando) No puedo oírte. No puedo oír tu voz. Es como si me bebiera una botella de anís y me durmiera en una colcha de rosas. Y me arrastra y sé que me ahogo, pero voy detrás.


Federico García Lorca



A continuación:



Carlos Saura
Antonio Gades, Cristina Hoyos
Paco de Lucía

Hace más de treinta años tuve ¿la bendición? ¿don de los dioses? de ver a Gades (a quien había admirado desde mi infancia) y a su troupe, en el teatro Odeón de Buenos Aires (que ya no existe), con esta coreografía y con la participación de Paco de Lucía (¡!).
Era difícil mantener en otro medio la atmósfera (¡tanta emoción!, ¡tanta intensidad!) que un talento supremo había creado para el escenario. No sé qué director que no fuera Carlos Saura hubiera podido lograrlo:

sonido (pruebas)

Pruebas inclusión reproductor sonido:

I'm forever Blowing Bubbles







Isabelle

Bueno, pues ya que nos han endilgado lo de "galófilos" o similar, ahí va una de los más bellos recitados-canciones de todos los tiempos, a cargo de Aznavour, el máximo dominador de los matices de la voz. Además, con fotos de otro icono inolvidable, Audrey Hepburn. ¿Quién no estuvo enamorado de ella?

Voy como las aves

  • Ante todo mis disculpas por que hace dias que no vengo a visitaros, pero las fiestas por un lado y un divertimento literario en el que estoy metido y del que ya os hablaré algún dia, me han tenido muy ocupado. Por ello y con retrado, FELIZ NAVIDAD y, ya casi, FELIZ AÑO NUEVO a todos.
  • Con ese divertimento al que me refería he releido diversos poemas catalanes y entre ellos he encontrado esta maravilla de tristeza escrita por Palau i Fabre y a la que Serrat puso música.
  • Me permito poner la letra original en catalán, una traducción hecha por mi mismo y si supiera como ponerla ,hasta os podría poner la canción, pero no se como hacerlo.
  • Cuidaros mucho

Vaig com les aus

Poema de Josep Palau i Fabre
Musica de J.M. Serrat



Vaig com les aus quan han perdut el fill,
Que giravolten sense haver consol,
Amb crits de sang alerten son estol,
Com si lo mon entres en gran perill.

Y giravolten sens defalliment
En torn del lloc on lo fill han deixat
E no els par vera la veracitat
Perquè els daria molt major turment

Des del mati fins que s’ha post el jorn
Amb son rodar inquieten l’espai
Diuen que en ells dolor no es pondrà mai,
Puix que mai més no hauran el fill entorn

Sols a la nit, vençuts per l’enderroc
Tornen al niu, com a desert castell,
Senten lo cor, de sobte, fosc i vell
E s’adormissen amb el son del roc.

L’ensendemà, amb un volar penós,
Abandonant el niu, l’arbre i el riu,
Van a l’encalç d’un indret més galdós:
Però en cap lloc lo seu infant no viu.

Així jo vaig, perdut de mi mateix,
A mi mateix, cercant-me eternament.
Mes jo soc mut e mut lo meu lament,
Car gorja endins lo meu dolor se peix.




Voy como las aves

Poema de Josep Palau i Fabre
Musica de J.M. Serrat


Yo voy como las aves, cuando han pedido al hijo
Que revolotean sin encontrar consuelo,
Y con gritos de sangre alertan a la vandada
Como si el mundo entrase en gran peligro

Y giran y giran sin desfallecimiento
En torno al lugar en el que a su hijo han dejado
Y no les perece cierta la verdad
Pues les supondría aun mayor tormento

Desde la mañana hasta que se ha puesto el sol
Con su girar inquietan el espacio,
Dicen que en ellas el dolor no cesará nunca
Ya que nunca mas tendrán a su hijo alrededor

Solo en la noche, vencidos por la ruina,
Vuelven al nido, como desierto castillo,
Sienten el corazón, de pronto, oscuro y viejo
Y se adormecen con el sueño de las piedras

Al día siguiente, con un volar penoso
Abandonando el nido, el árbol y el río,
Se esfuerzan por alcanzar un lugar mas bello:
Pero en ninguna parte vive ya su hijo

Así yo voy, perdido de mi mismo,
A mi mismo, buscándome eternamente.
Mas yo soy mudo y mudo es mi lamento
Pues en un remolino mi dolor se alimenta

Ne li occhi porta la mia donna Amore




Ne li occhi porta la mia donna Amore,

per che si fa gentil ciò ch'ella mira;
ov'ella passa, ogn'om ver lei si gira,
e cui saluta fa tremar lo core,

sì che, bassando il viso, tutto s'more,
e d'ogni suo difetto allor sospira:
fugge dinanzi a lei superbia ed ira.
Aiutatemi, donne, farle onore.

Ogne dolcezza, ogne pensero umile
nasce nel core a chi parlar la sente,
ond'è laudato chi prima la vide.

Quel ch'ella par quando un poco sorride,
non si pò dicer né tenere a mente,
sì è novo miracolo e gentile.


Dante Alighieri


En los ojos lleva mi dama al Amor,
y se vuelve gentil lo que ella mira;
por donde pasa, todos se vuelven a verla,
y a quien saluda, le tiembla el corazón

tanto que, bajando la mirada, plenamente muere
y por todos sus defectos entonces suspira:
huyen así de él la soberbia y la ira.
Ayudadme, señoras, a honrarla.

Cada dulzura, cada pensamiento humilde
nacen en el corazón de quien la oye,
donde es alabado quien primero la ve.

Lo que aparece de ella al sonreír apenas,
no se puede decir ni concebir siquiera:
tan nuevo es el milagro, y tan gentil.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Django Reinhardt

Compañeros galófilos (2da. parte):

Con ustedes, Django Reinhardt (y su sangre

gitana también).

Aquí con Stéphane Grapelli:



Los recuerdos forman una cuerda

... porque se van atando los unos con los otros. Yo lo recuerdo también porque le puso voz magistralmente al primer audio-libro del Pequeño Príncipe.

Le Petit Prince (fragmento)



Gérard Philipe

Compañeros galófilos , ¿recordáis a Gérard Philipe?

Le metèque

Bueno, pues resulta que la inocentada me la gasté a mí mismo; entré mi comunicación poco antes de las 9 de la mañana... que era antes de medianoche en Alaska o donde fuera. Me lo hace notar Pneuma. Bueno, qué más da. Su advertencia me pilló buscando cosas de Georges Moustaki, hombre que soñó -y sigue soñando, feliz él- muchas inocentadas.

Una me ha cautivado especialmente, al oírla por milésima vez: Le metèque.



Y es que todos somos metecos en el mundo de hoy; nos pasamos la vida buscando nuestra patria, que quizás haya desaparecido. Si es cierto que ubi bene, ibi patria, habrá que concluir que ésta son los amigos, entre los cuales se cuenta Sopa de piedra.

Oye, Pneuma, ¿podrías dar el acceso directo a la dirección anterior? Yo no sé hacerlo todavía. Allí un jovencísimo Moustaki -que veo como un símbolo de nuestra generación unas eras geológicas atrás- habla de una "eternité d'amour". ¡Qué a gusto se escucha!

Le dormeur du val

Le dormeur du val

C'est un trou de verdure où chante une rivière
Accrochant follement aux herbes des haillons
D'argent; où le soleil, de la montagne fière,
Luit: c'est un petit val qui mousse des rayons.

Un soldat jeune, bouche ouverte, tête nue,
Et la nuque baignant dans le frais cresson bleu,
Dort; il est étendu dans l'herbe, sous la nue,
Pâle dans son lit vert où la lumière pleut.

Les pieds dans le glaïeuls, il dort. Souriant comme
Sourirait un enfant malade, il fait un somme:
Nature, berce-le chaudement: il a froi.

Les parfums ne font pas frissonner sa narine.
Il dort dans le soleil, la main sur sa poitrine,
Tranquille. Il a deux trous rouges au côté droit

Arthur Rimbaud (Octubre 1870)

Es una angostura de verdor donde canta un río
prendiendo locamente en la hierba jirones
de plata; donde el sol, de la montaña orgulloso,
brilla: es un pequeño valle que burbujea luminoso.

Un soldado joven, abierta la boca, la cabeza desnuda,
y la nuca bañada por el fresco berro azul,
duerme; está tendido sobre la hierba, bajo el cielo,
pálido sobre su lecho verde donde llueve la luz.

Los pies en los gladiolos, duerme. Sonriente
como sonreiría un niño enfermo, está soñando:
Naturaleza, acúnalo tibiamente: tiene frío.

Los perfumes no hacen vibrar sus fosas nasales.
Duerme bajo el sol, la mano sobre su pecho,
tranquilo. Hay dos brechas rojas en su costado derecho.


Le deserteur (canta Serge Reggiani)





Texte alternatif






El preámbulo de la canción es el poema Le dormeur du val.

Con su canción El desertor, las iras ya casi dormidas de los periodistas franceses, que no habían perdonado a Boris Vian el que se hubiera enmascarado tras el escandaloso Vernon Sullivan sin antes ponerlos al corriente de la travesura, se despertaron más sañudas si cabe y se sumaron a las reacciones propias del patrioterismo francés. El primer editor que leyó la canción de Vian le contestó: "Si es posible, envíeme otra versión, pues no creo posible editarla según el texto íntegro que me ha presentado. Le ruego tenga la bondad de modificar ciertos pasajes que me parecen excesivos." La difusión de la canción por la radio estuvo prohibida porque algunos la tomaron como un insulto a los antiguos combatientes de todas las guerras. Esto sucedía cuando los primeros brotes de la guerra de Argelia.

Vista con los ojos actuales, los de los que nos resistimos a comulgar con las ruedas de molino que son las patrias (el último refugio de los canallas, como ya percibió hace mucho la lucidez del Dr. Samuel Johnson), en El desertor no se vislumbra ofensa alguna, sino un rechazo de la guerra por el que se piden excusas humildemente.

Pero el tiempo se encarga de colocar en su pedestal a las grandes obras, y El desertor es ahora un clásico, una de esas canciones que no tienen edad, que son de siempre y para siempre.

Por otra parte, la censura, ordenada por los estólidos del todo-es-mío y controlada por estómagos agradecidos, ha tenido siempre su inevitable carga de imbecilidad. Incluso en la misma Francia no se vetaron, amparados por la poderosa sombra de Le deserteur, estos versos de otra letra de Vian (Los alegres carniceros) mucho más directa y acusadora:

"Es el tango de los alegres militares
de Hiroshima, Buchenwald y otras partes.
Es el tango del famoso ve-a-la-guerra
Es el tango de todos los sepultureros."

Le déserteur


Le déserteur


Monsieur le Président
Je vous fais une lettre
Que vous lirez peut-être
Si vous avez le temps
Je viens de recevoir
Mes papiers militaires
Pour partir à la guerre
Avant mercredi soir
Monsieur le Président
Je ne veux pas la faire
Je ne suis pas sur terre
Pour tuer des pauvres gens
C'est pas pour vous fâcher
Il faut que je vous dise
Ma décision est prise
Je m'en vais déserter

Depuis que je suis né
J'ai vu mourir mon père
J'ai vu partir mes frères
Et pleurer mes enfants
Ma mère a tant souffert
Elle est dedans sa tombe
Et se moque des bombes
Et se moque des vers
Quand j'étais prisonnier
On m'a volé ma femme
On m'a volé mon âme
Et tout mon cher passé
Demain de bon matin
Je fermerai ma porte
Au nez des années mortes
J'irai sur les chemins

Je mendierai ma vie
Sur les routes de France
De Bretagne en Provence
Et je dirai aux gens:
Refusez d'obéir
Refusez de la faire
N'allez pas à la guerre
Refusez de partir
S'il faut donner son sang
Allez donner le vôtre
Vous êtes bon apôtre
Monsieur le Président
Si vous me poursuivez
Prévenez vos gendarmes
Que je n'aurai pas d'armes
Et qu'ils pourront tirer

Letra: Boris Vian
Música: Harold Berg

Canta Boris Vian




Señor Presidente,
Le estoy haciendo una carta
Que usted lea tal vez
Si tiene tiempo.
Acabo de recibir
Mis papeles militares
Para partir a la guerra
Antes del miércoles por la tarde.
Señor Presidente
No quiero hacerla
No estoy en la tierra
para matar a la pobre gente
No es por enfadarlo
Tengo que decirle
que mi decisión está tomada
Voy a desertar

Desde que nací
Vi morir a mi padre
Vi partir a mis hermanos
Y llorar a mis hijos
Mi madre sufrió tanto
Ahora está en su tumba
Y se ríe de las bombas
Y se ríe de los versos
Cuando estuve prisionero
Me robaron a mi mujer
Me robaron mi alma
Y todo mi querido pasado
Mañana muy temprano
Cerraré mi puerta
En la nariz de los años muertos
Iré por los caminos

Mendigaré mi vida
en las rutas de Francia
De Bretaña a Provenza
Y le diré a las personas:
Niéguense a obedecer
Niéguense a hacerla
No vayan a la guerra
Niéguense a partir
Si hay que dar la propia sangre
Vaya a dar la suya
Usted es un buen apóstol
Señor Presidente.
Si usted me persiguiera
advierta a sus gendarmes
Que yo no tendré armas
Y que podrán disparar

jueves, 27 de diciembre de 2007

28

Cada número tiene su particular personalidad. 28 es el segundo número perfecto. Llámanse números perfectos los que igualan la suma de sus divisores alícuotas; el primero es 6 = 1 + 2 + 3, el segundo, 28 = 1 + 2 + 4 + 7 + 14. En la Antigüedad gozaron de alto significado simbólico; hoy las computadoras han llegado hasta el 44 número perfecto, que tiene unos 7 millones de cifras.

El mismo JF Martínez, en su poemario Sobre los números, dice de los perfectos:

...Pero otro día, buscando un número perfecto, encuentro tu ternura al doblar la calle, encuentro el corazón de un reloj subiendo una escalera, encuentro el cuerpo de la lluvia desnudo sobre los labios del deseo, encuentro tus dos senos como una canción temblando, encuentro una penumbra que nos espera para callar nuestro secreto encuentro, encuentro que pierdo tu rostro entre mis manos, encuentro que la ciudad se desvanece girando en nuestra sien, encuentro el vértigo de un asesino bajando una escalera, encuentro la luna en los charcos de la lluvia, encuentro tu cuerpo rendido como una canción rota, encuentro el olvido, la noche, los sollozos de un condenado a muerte, encuentro la nada, los sauces dormidos en el viento, encuentro el número perfecto, la primera mirada del amor, la eternidad herida abrazado a tu cuerpo.

Y cuando, en los filos de la amanecida, regreso, lento, a casa, busco mis ojos deshabitados y encuentro que la suma de mis vacíos es igual a ti.


Pero el 28 se asocia sobre todo al rey Herodes por la supuesta matanza de los Inocentes. Es curioso que un rey que tanto hizo por Judea (entre otras cosas reconstruyó el templo de Salomón) sea recordado por esa leyenda de san Mateo, que además se contradice con la de san Lucas sobre las circunstancias del nacimiento de Jesús.

La verdad no es lo que "es" (¿existe eso?), sino lo que creemos. A diario asistimos a creaciones de las verdades oficiales, que suelen perdurar. La política y la TV son hoy los máximos órganos creadores de mundos ilusos.

Por eso obsequiamos a nuestro prójimo, en el día de hoy, con una inocentada, como inocuo aviso de que nada es lo que parece. Yo no he recibido todavía la que me corresponde. ¿Cuál será? A lo mejor alguien me dice que han desaparecido al fin las inocentadas, que el mundo se atiene finalmente a la Verdad.

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LA PALABRA

...Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció... Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas... Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada... Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos... Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas... Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra... Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras.

Pablo Neruda (Confieso que he vivido. Memorias)

miércoles, 26 de diciembre de 2007

¿Te acordás, hermano...?

A mi regreso, luego de una ausencia tan prolongada, distingo los arañazos del tiempo, pero reconozco también los rostros amigos, los mismos de antaño. Los recuerdos acuden atropelladamente para anudar mi garganta, y de mis labios solamente acierta a brotar aquello de
¿Te acordás, hermano?






[Tiempos viejos (Francisco Canaro / Manuel Romero - 1926), canta Rubén Olveira]

¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquéllos!
Eran otros hombres más hombres los nuestros.
No se conocían coca ni morfina,
los muchachos de antes no usaban gomina.
¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquéllos!
¡Veinticinco abriles que no volverán!
Veinticinco abriles, volver a tenerlos,
si cuando me acuerdo me pongo a llorar.

¿Dónde están los muchachos de entonces?
Barra antigua de ayer ¿dónde está?
Yo y vos solos quedamos, hermano,
yo y vos solos para recordar...
¿Dónde están las mujeres aquéllas,
minas fieles, de gran corazón,
que en los bailes de Laura peleaban
cada cual defendiendo su amor?

¿Te acordás, hermano, la rubia Mireya,
que quité en lo de Hansen al loco Cepeda?
Casi me suicido una noche por ella
y hoy es una pobre mendiga harapienta.
¿Te acordás, hermano, lo linda que era?
Se formaba rueda pa' verla bailar...
Cuando por la calle la veo tan vieja
doy vuelta la cara y me pongo a llorar.

26

Hoy, día de sant Esteve, es festivo en Cataluña. Probablement es para recuperarse de los excesos gastronómicos de ayer, pero quizá se trate de una pervivencia judía, pues el 26 es el número sagrado de Yahvé según las normas de la gematría (YHWH en hebreo). Quien desee conocer estas normas, puede visitar mi página web http://www.albaiges.com/numerologia/nocionescabalagematria.htm

Y ya que en números estamos, traigamos un poema de J. Florencio Martínez sobre los números transfinitos. Éstos, ideados por Cantor, suponen una "jerarquía del infinito". Dentro de su infinitud, existen "más" puntos en el plano que números naturales; a los primeros les es asignado el trasnfinito llamado aleph 1, y los segundos se conforman con ser un aleph 0. Existen más alephs cantorianos, sin relación con el de Borges.

Los números transfinitos

(Los Alef de Georg Cantor)

No sino sombra son que se conjuga,

engranajes de sombra de lo no comprensible,

grietas de sombra densas, desgajadas

de las manos de un dios como migajas.

Pies de lo intransitable, luz

de lo nunca diáfano, agua de sombra

de la insaciable sed de trascendencia.

Casi sois nuestros, peces abisales,

y hasta la infinidad seremos vuestros.

Donde la nada toca a Dios.

José Florencio Martínez, Sobre los números

Efemérides


1831: Se estrena la ópera "Norma" de Vincenzo Bellini

En la etiqueta BEL CANTO. se puede escuchar un aria de esta ópera.


1898: Marie y Pierre Curie descubren el radio.

“Soy de quienes piensan que la ciencia encierra una gran belleza. Un sabio en su laboratorio no es sólo un técnico, es también un niño colocado ante fenómenos naturales que lo impresionan como un cuento de hadas”.
Marie Curie







Oda a la cuchara

CUCHARA,
cuenca
de
la más antigua
mano del hombre,
aún
se ve en tu forma
de metal o madera
el molde
de la palma
primitiva,
en donde
el agua
trasladó
frescura
y la sangre
salvaje
palpitación
de fuego y cacería.

Cuchara
pequeñita,
en la
mano
del niño
levantas
a su boca
el más
antiguo
beso
de la tierra,
la herencia silenciosa
de las primeras aguas que cantaron
en labios que después
cubrió la arena.

El hombre
agregó
al hueco desprendido
de su mano
un brazo imaginario
de madera
y
salió
la cuchara
por el mundo
cada
vez
más
perfecta,
acostumbrada
a pasar
desde el plato a unos labios clavelinos
o a volar
desde la pobre sopa
a la olvidada boca del hambriento.

Sí,
cuchara,
trepaste
con el hombre
las montañas,
descendiste los ríos,
llenaste
embarcaciones y ciudades,
castillos y cocinas,
pero
el difícil camino
de tu vida
es juntarte
con el plato del pobre
y con su boca.

Por eso el tiempo
de la nueva vida
que
luchando y cantando
proponemos
será un advenimiento de soperas,
una panoplia pura
de cucharas,
y en un mundo
sin hambre
iluminando todos los rincones,
todos los platos puestos en la mesa,
felices flores,
un vapor oceánico de sopa
y un total movimiento de cucharas.

Pablo Neruda

martes, 25 de diciembre de 2007

Más plenilunio

¡Muy bonito el poema! En efecto, ayer era luna llena, cosa que pasa inadvertida en nuestra cultura, excesivamente solar y astronómica. ¿Tendremos que pedir que nos echen una mano los musulmanes para alcanzar una visión más completa del universo?

Vuelvo al tema con una bella composición de Lorca sobre la luna:

Romance de la luna, luna

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.

Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

García Lorca, Federico, Romancero gitano, 1928

¡Felices fiestas! Y termino con un fragmento del bellísimo Poema de Nadal, de J. V. Foix, quizás el mayor poeta del siglo XX en lengua catalana:

Ho sap tothom, i és profecia.

La meva mare ho va dir un dia

Quan m'acotxava amb blats lleugers;

Enllà del somni ho repetia

L'aigua dels astres mitjancers

I els vidres balbs d'una establia

Tota d'arrels, al fosc d'un prat:

A cal fuster hi ha novetat.

Glosario: Tothom = todo el mundo; acotxava = abrigaba; blats = trigos; enllà = más allá; somni = sueño; mitjancers = medianeros; balbs = tartamudos (borrosos); arrels = raíces; fosc = oscuro; cal fuster = casa del carpintero ; hi ha novetat = hay novedad (eufemismo usado para designar un nacimiento). El vocabulario de JV Foix es más complejo de lo habitual; aclararé cualquier otra duda.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Adiós, Oscar Peterson

El mundo tiene un vacío
más...

Oscar Peterson -The Quartet Live feat.Joe Pas-Soft Winds

Plenilunio

Sin tocar el timbre,
sin batir la aldaba,
sin sonar las manos,
sin decir palabra
por la puerta adentro
se entró la taimada.
Me topé con ella
al salir de casa.
No estaba de pie
ni estaba sentada
como quien espera
que los criados vayan.
En las losas negras,
en las losas blancas,
del zaguán sonoro
de la casa hidalga,
fresca de rocío
yacía acostada.
Y no entre sus ropas
medio recatada,
mas toda desnuda,
nevada y dorada,
por ahí tirados
sus velos de plata;
por los escalones,
floja, derramada
la melena rubia
con perlas fantásticas,
tal como una reina
lúbrica y errada
que por esas calles
fuera de parranda.
No cambió de sitio,
no me dijo nada
cuando en la cancela
resonó mi planta.
Láguidos los brazos,
las pupilas de ámbar,
sin aliento el pecho,
la sonrisa extática,
desde el pavimento
me miró muy pálida.
Topé con la luna
al salir de casa.


Baldomero Fernández Moreno

Dedicado a Selene, tan bella
en el cielo.