Durante unos días estaré lejos de mi computadora, que así es como debe llamarse, porque computar –del latín computare, contar o calcular– significa calcular. La palabra ordenador es un galicismo, y su origen se debe a que el chauvinismo dichoso hizo que los franceses se resistieran a una palabra que procedía del mundo de habla inglesa. Los técnicos encargados de bautizar con un nombre estándar al artefacto que reclamaba carta de ciudadanía muy poco debían saber de lenguas muertas y etimologías, porque impusieron “ordinateur” a pesar de que ello les ocasionó algunos problemillas con el significado del sacerdote que ordena la misa, significado que ahora ha quedado eclipsado por el imperio de la nueva acepción. La palabra ordinateur se eligió porque en los inicios de la era de esas máquinas una de sus principales tareas era clasificar, es decir ordenar, fichas perforadas según campos prefijados. España bebía entonces la ciencia casi exclusivamente de Francia, y por eso apareció por aquí lo de ordenador, que aún persiste.
Lo que quería decir es que, consciente como soy de la tristeza que va a provocar en el ánimo de ustedes mi ausencia, he creído procedente ahorrarles las palabras de despedida, que aquí se presentarán como suyas (más fácil imposible, ¿no?). Pero las palabras se vestirán ahora de canción, que así son las cosas más conmovedoras, que la música añade siempre un... ya estamos otra vez, perdonen.
Hoy en mi ventana brilla el sol y el corazónse pone triste contemplando la ciudad
porque te vas.
Como cada noche desperté pensando en ti
y en mi reloj todas las horas vi pasar
porque te vas.
Todas las promesas de mi amor se irán contigo.
Me olvidarás, me olvidarás.
Junto a la estación lloraré igual que un niño
porque te vas, porque te vas,
porque te vas, porque te vas...
Bajo la penumbra de un farol se dormirán
todas las cosas que quedaron por decir,
se dormirán.
Junto a las manillas de un reloj, despertarán
todas las horas que quedaron por vivir,
esperarán.
Todas las promesas de mi amor se irán contigo.
Me olvidarás, me olvidarás.
Junto a la estación lloraré igual que un niño
porque te vas, porque te vas,
porque te vas, porque te vas...
Todas las promesas de mi amor se irán contigo.
Me olvidarás, me olvidarás.
Junto a la estación lloraré igual que un niño
porque te vas, porque te vas,
porque te vas, porque te vas...
Aunque, ahora que lo pienso mejor, prefiero que me despidan con
Nada será como antes (canta Elis Regina)
Composição: Milton Nascimento/Ronaldo Bastos
Eu já estou com o pé nessa estrada
Qualquer dia a gente se vê
Sei que nada será como antes amanhã
Que notícias me dão dos amigos?
Que notícias me dão de você?
Sei que nada será como está, amanhã ou depois de amanhã
Resistindo na boca da noite um gosto de sol
Num domingo qualquer, qualquer hora
Ventania
Sei
Que notícias me dão dos amigos?
Que notícias me dão de você?
Sei que nada será como está, amanhã ou depois de amanhã
Resistindo na boca da noite um gosto de sol
Gracias, gracias a todos por tan linda despedida. Tampoco quiero decirles adiós a ustedes sin más. Así que he pedido a Margarita y a Jana que representen alguna cosa simpática, para que les quede un buen recuerdo hasta mi vuelta. Aunque han echado mano de un recurso algo manido, espero que el resultado sea de su agrado (caramba, resultado, agrado...bueno, el poema otro día):
¡Hasta pronto, colegas! Ah, y que lo pasen felices, que es lo que se dices.
1 comentario:
Nos hemos olvidado de algo, estimado Pneuma:
http://www.youtube.com/watch?v=qqD4pYEu-cE
¡Que disfrutes de tu ausencia sopera!
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