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lunes, 17 de diciembre de 2007

Seguidilla

Caminito de Elea
va una tortuga,
con veinticinco siglos
en sus arrugas.

Zenón me llamo;
si veis venir a Aquiles,
que apriete el paso.

Rafael Sánchez Ferlosio

2 comentarios:

Alina M dijo...

Mmmmmm... ya veo que se vienen unas magníficas olas de filosofía poética...
Estoy recordando un poema de Borges sobre Heráclito...
Claro que este poemita tiene el mérito de incorporar a la digna estirpe de los quelonios.

Pneuma dijo...

La verdad es que este breve poema está aquí porque su protagonista es una tortuga.

Las paradojas de Zenón como la aludida aquí y otras que venían a ser la misma (la piedra contra el árbol, la flecha lanzada) se disiparon con el cálculo infinitesimal de Newton y Leibniz.

Las paradojas mueren, las tortugas permanecen.