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lunes, 24 de diciembre de 2007

Plenilunio

Sin tocar el timbre,
sin batir la aldaba,
sin sonar las manos,
sin decir palabra
por la puerta adentro
se entró la taimada.
Me topé con ella
al salir de casa.
No estaba de pie
ni estaba sentada
como quien espera
que los criados vayan.
En las losas negras,
en las losas blancas,
del zaguán sonoro
de la casa hidalga,
fresca de rocío
yacía acostada.
Y no entre sus ropas
medio recatada,
mas toda desnuda,
nevada y dorada,
por ahí tirados
sus velos de plata;
por los escalones,
floja, derramada
la melena rubia
con perlas fantásticas,
tal como una reina
lúbrica y errada
que por esas calles
fuera de parranda.
No cambió de sitio,
no me dijo nada
cuando en la cancela
resonó mi planta.
Láguidos los brazos,
las pupilas de ámbar,
sin aliento el pecho,
la sonrisa extática,
desde el pavimento
me miró muy pálida.
Topé con la luna
al salir de casa.


Baldomero Fernández Moreno

Dedicado a Selene, tan bella
en el cielo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, en serio, tenia q completar esta poesia y aquic la encontre
GRACIAS GRACIAS

AXELIA6 dijo...

Gracias por Plenilunio. Llevaba años tratando de recordar completa esta poesía. La busqué infinidad de veces sin lograr recordar su autor. ¡Por fin la encontré! Mil gracias...