Todo lo que me has dado ya era mío
y a tí mi libre condición someto,
soy un hombre sin pan ni poderío,
sólo tengo un cuchillo y mi esqueleto.
Crecí sin rumbo, fui mi propio dueño,
y comienzo a saber que he sido tuyo
desde que comencé con este sueño,
antes no fui sino un montón de orgullo.
Soy campesina de Coihueco arriba,
llegué a la nave para conocerte,
te entregaré mi vida mientras viva
y cuando muera te daré mi muerte.
Tus brazos son como alhelíes
de carampangue, y por tu boca huraña
me llama el avellano y los raulíes.
Tu pelo tiene olor a las montañas.
Acuéstate otra vez a mi costado
como el agua del estero puro y frío,
y dejarás mi pecho perfumado
a madera con sol y con rocío.
¿Es verdad que el amor quema y separa?
¿Es verdad que se apaga con un beso?
Preguntar al amor es cosa rara,
es preguntar cerezas al cerezo.
Yo conocí los trigos de Rancagua,
viví como una higuera en Melipilla,
cuanto conozco lo aprendí del agua,
del viento y de las cosas más sencillas.
Por eso a ti, sin aprender la ciencia,
te vi, te amé, y te amo bienamada,
tú has sido, amor, mi única impaciencia,
antes de ti no quise tener nada.
Ahora quiero el oro para el muro
que debe defender a tu belleza,
por ti será dorado y será duro
mi corazón como una fortaleza.
Sólo quiero el baluarte de tu altura,
sólo quiero el oro de tu arado,
sólo la protección de tu ternura,
mi amor es un castillo delicado,
y mi alma tiene en ti sus armaduras:
las resguarda tu amor enamorado.
Me gusta oír tu voz que corre pura,
como la voz del agua en movimiento,
y ahora sólo tú y la noche oscura,
dame un beso mi amor, estoy contento,
beso a mi tierra cuando a ti te beso.
Pablo Neruda
Esta obra escénica del poeta chileno Pablo Neruda fue publicada en 1967 y estrenada, en octubre del mismo año, en el teatro Antonio Varas, bajo la dirección de Pedro Orthous. En la "Antecedencia" que precede a esta cantata u oratorio, Neruda reivindica para Chile la figura de Murieta, y rechaza la teoría según la cual no existió un único y verdadero Murieta, sino que las hazañas atribuidas al mismo fueron cumplidas por siete jefes de siete bandas distintas. Después nos dice que la obra es "trágica, pero, también, en parte está escrita en broma. Quiere ser un melodrama, una ópera y una pantomima". Y así, el cortejo fúnebre, inspirado, según confiesa Neruda, en una representación No que presenció en Yokohama, "debe tener mucho patetismo, pero patetismo andrajoso, lindando con lo grotesco".
En el prólogo, el poeta llama a "don Joaquín Murieta" "bandido honorable", pasando luego, en el primer episodio, a representar los efectos producidos entre los desheredados chilenos por el hallazgo de oro en California. Entre los que embarcan hacia California, inducidos por los tentadores, se encuentra Murieta, que en el segundo episodio, durante la travesía, conoce y se une a Teresa. Ninguno de estos dos personajes, protagonistas de la historia, aparece nunca en escena, sino que sólo se oyen sus voces, y en algún momento también se ve la sombra de Murieta.
1 comentario:
Viva internet. Encontrar este fragmento de Neruda, ha sido para mí un placer inimagible. Gracias. Fui amigo de Olga y Manuel, y cuando lo leo me traslado a aquellos años, acabando los 70, con la recién estrenada libertad para escuchar a Neruda.
Hoy necesitaba estar seguro de los versos finales del diálogo con Teresa (beso a mi tierra cuando a ti te beso) para el epílogo de un maravilloso libro de un nómada saharaui en el exilio, y he caído en tu blog, o él ha caído en mí, como un copo de nieve.
Gonzalo Moure
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